Capítulo 19

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Una vez más, GRACIAS por tantos y tan bonitos comentarios. Me alegra mucho que siempre tangan ganas de leer más. Me dacan una sonrisa y me ayudan a seguir con esta historia que amo escribir 🥺🧡

Quería contarles que decidí no escribir sobre el brindis detallado porque fui por otro camino y me pareció más importante escribir algunos diálogos de más importancia. Ya verán cuando los lean. Espero que no les moleste, pero sí prometo que el deja vu Alvitz está en camino... 👀🤍

El de hoy es un capítulo que va y viene. Hay recuerdos y muchas cosas así que espero que no se mareen, jajaja y que lo disfruten muchísimo.

— Cariño ¿estás bien? Parece que hubieras visto un fantasma.

Antonio tan solo parpadeó, pero mantuvo la mirada fija en su padre, algo incómodo al otro lado de la mesa.

— Sí. Sí, mamá. No es nada. Solo me quedé pensando en algo que pasó en la fiesta.

— Hablando de la fiesta, ya sé que no nos vas a contar nada, pero ¿no ibas a buscar las llaves del coche? ¿No fuiste al teatro a última hora?

Sergio abrió los ojos con sorpresa y clavó la mirada en su hijo mientras apretaba la taza de café.

— ¿Viniste al teatro? ¿A, a última hora? — preguntó Sergio mientras sentía el aire presionándole el pecho esperando la respuesta de aquel joven.

— No, al final no fui. Estaba camino al teatro, sí, pero me llamó David y me dijo que podíamos ir en su coche porque su papá se lo había prestado y estaba conduciendo ya. Me pasó a buscar a los cinco minutos después que hablamos y... afortunadamente no tuve que molestarte, papá.

Antonio observó fijo a su padre y esbozó una pequeña sonrisa. Sergio parpadeó y desvió la mirada mientras soplaba el café en la taza. La mirada de su hijo era a menudo tan intensa como la suya cuando la mantenía fija en alguien más.

— Pero ¿qué dices? Tú nunca me molestas, Antonio — exclamó Sergio, aliviado —. Si hubiera sabido que querías el coche, hubiéramos cogido el de tu madre para ir al brindis.

Antonio tan solo se quedó en silencio viéndolo ¿Qué habría pasado si él le decía que había estado en el teatro y que había visto lo que estaba pasando en la prima fila? ¿Cómo habría reaccionado su padre? ¿Le habría dicho que estaba equivocado porque él ya estaba camino a la casa a última hora? ¿Habría admitido la infidelidad y le habría dicho el nombre de aquella mujer que estaba con él? ¿O habría sido tan cínico de verlo a los ojos y negar aquella acusación sin la más mínima culpa?

Quería saberlo todo, sí, comenzando por la mujer que estaba con él. Tenía muchas preguntas porque jamás había imaginado a su padre con una amante. Una amante, pensó ¿sería algo fugaz o era algo serio de lo que debía preocuparse?

— Bueno, a mí se está haciendo tarde así que los dejo desayunando solos — dijo Irene mientras plantaba un tierno beso en la mejilla de Antonio —. Pórtate bien, cariño. Ya sabes que si necesitas algo me marcas al móvil o al hotel ¿vale? Igual serán un par de días porque no voy a perderme el estreno de la obra. Saluda a Nerea de mi parte ¿sí?

Irene bebió lo que le quedaba del té, cogió el bolso y terminó de cerrar la maleta.

— ¿Tienes todo? ¿Te ayudo? — preguntó Sergio.

— No, no. Ya estoy. El timbre. Es el coche — dijo Irene viendo a Sergio mientras acariciaba su mejilla —. No te estreses ¿vale? Que sé cómo te pones cuando quedan pocos días antes de estrenar —-. Ojalá pudiera quedarme a ayudarte con todo.

Behind The Summer WineWhere stories live. Discover now