↦ Aveugle ҂ ChanSung. [✓]

Extra 03.

𝐒𝐄𝐔𝐍𝐆𝐁𝐈𝐍

[...]

¿Es obligatorio el buscar una pareja?

Hay algunas personas que han vivido toda su vida en eso. Omegas desesperados por Alfas, Betas desesperados por no morir solos y Alfas desesperados... siendo Alfas.

Para Kim Seungmin eso siempre ha sido ridículo. No se considera un Beta solitario, pero está lejos de querer buscar pareja. Eso se lo deja —sin peso alguno— a sus amigos. Él es feliz con sus revolcones esporádicos.

Por otro lado; Seo Changbin siempre ha sido un Alfa determinado a conseguir todo lo que quiere. No es muy fanático de las relaciones, debido a que quiere enfocarse en su negocio y ya luego tendrá tiempo para buscar.

No tardaría mucho, los Omegas se le lanzan al ser un Alfa bastante imponente y con una gran cuenta bancaria. Pero eso a él no le importa.

¿Cómo podría importarle cuando su mundo lo pone patas arriba un testarudo Beta?

[...]

Seungmin se encontraba en un estado bastante pacífico —con éxitos de los 2000 en el fondo— limpiando su departamento, hasta que se vió interrumpido por el sonido del timbre.

Dejó la escoba de barrer en su lugar y se acercó a la puerta. Esperaba que no fuera nadie relevante; está bañado en sudor y su ropa se encuentra desarreglada.

Al abrir la puerta, se encontró a cierto Alfa con aroma a café y arándanos.

—Oh, hola, Changbin —saludó con una sonrisa cordial.

Seo se mantuvo en silencio, observando las apetitosas gotas de sudor bajar por el cuello del menor y caer en un río plantado en sus descubiertas clavículas.

Mierda.

—Seungmin —habló con su voz imponente y carraspeó su garganta—, ¿Estás ocupado?

El pelimorado frunció su ceño y le dió un espacio al mayor para que se adentrara a su hogar.

—Me interrumpiste la limpieza —comentó acercándose a su teléfono para ponerle pausa a la música.

Changbin no sabía qué carajos hacer para que su mente deje pensar cosas que no debe. Tal vez es culpa de que lleva semanas sin follar o tal vez su celo esté cerca, pero en su mente sólo se reproducen imágenes de él embistiendo con fuerza al Beta sobre la mesa mientr-

—¡Basta! —gritó Seo, interrumpiendo sus pensamientos y asustando al Beta.

—Changbin, ¿Volviste a consumir un polvo de dudosa procedencia?

El pelinegro blanqueó sus ojos.

—Eso pasó solo una vez y, en mi defensa, jamás esperé que Soobin se drogara.

Seungmin negó con su cabeza y se acercó a la entrada de su departamento para abrir la puerta.

—Mira, no quiero sonar irrespetuoso, pero debo terminar de limpiar. Mi familia se hospedará aquí y llegarán esta noche.

Changbin asintió lentamente y sacó un sobre de su chaqueta.

—Te lo mandó Jisung, solo me comentó que tiene algo que ver con la boda.