Extra 04.

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𝐌𝐈𝐍𝐂𝐇𝐀𝐍

[...]


Por algún motivo aparente a los seres humanos siempre les ha parecido más gustoso comerse aquel bufete que alumbraba en rojo con la gran palabra "prohibido" en luces de neón. Es una especie de sed innata que nace una vez observas ese camino oscuro en el que deseas adentrarte, aunque sabes que en el fondo se esconde un gran monstruo preparado para devorarte.

Lo prohibido siempre será más divertido.

—Ah, joder —gimió, sin pudor, el pelinegro menor, que se encontraba postrado a la cama mientras su entrada era seguidamente profanada.

Pero jamás tendrás lo que siempre quieres. Las consecuencias de añorar algo prohibido siempre serán: jamás será tuyo y jamás será para ti.

—Dios —gruñó el mayor, moviendo sus caderas sin un ritmo designado, buscando llevarlos a ambos a la cima.

—Más, más, Chris —pidió Minho, entre jadeos.

Era incorrecto, ellos sabían perfectamente que era incorrecto.

Pero no podían detenerse. Estaban cegados por la —casi necesaria— sensación de plenitud en sus cuerpos. Ese sentimiento de liberación que ambos tanto anhelan en las solitarias noches de sus vidas.

Ellos sabían que no llegaría a ningún lado. Al final del día, dos Alfas no pueden estar juntos. Mucho menos si uno ya había conocido a su predestinado Omega.

—Joder, Min —jadeó Bang, sintiendo como su pene era casi asfixiado.

Jamás han detenido su pequeño jugueteo, de follarse mutuamente cuando deseen, pudiendo explorar mundos inalcanzables al ambos ser predominantes. Era excitante y cautivador.

Pero erróneo.

Su extraña relación estaba llena de "peros", de "noes"  y de muchos "no deberíamos".

Y aún así, aquí están.

El sonido de su piel golpeándose mutuamente, combinados con los chasquidos sonoros ocasionados por la saliva y los gemidos que ambos deciden regalarle al contrario.

—E-estoy cerca —avisó Lee en medio de un chillido.

Una de las virtudes más grandes, en su peculiar relación, es su espacio para explotar la versatilidad. Quedan tan exhaustos al terminar las rondas necesarias para calmar su sed, que podrían pasar horas durmiendo profundamente.

El Alfa mayor batió sus caderas un par de veces más y sintió las uñas del menor clavándose en su espalda, mientras brotaban chorros de semen de su glande rojizo. Toda esa hermosa vista estuvo adornada por un sonoro gemido que escapó de sus aterciopelados labios.

Oh, los gemidos de Lee.

Christopher sacó su palpitante erección del magullado agujero del menor y bombeó el falo hinchado con rapidez, jadeando y gimiendo por el movimiento rítmico de su mano. No bastó mucho tiempo antes de que con un gruñido un poco áspero, llegara a su orgasmo sobre el estómago de Minho.

Al Minho ser Alfa, su cuerpo no está preparado o capacitado para acoplarse al nudo de otro Alfa y es terriblemente doloroso. Mucho menos un nudo de un Alfa puro como lo es Christopher.

Otro punto que les recuerda lo errónea que toda la situación parece ser.

Ambos se quedaron acostados sobre su espalda, Minho observando el techo en silencio y Chris divagando entre sus ruidosos pensamientos. Sus respiraciones estaban agitadas por la gran cantidad de cardio que habían realizado; el par de Alfas sentían el cuerpo adolorido por las penetraciones o magullado por las marcas del contrario.

↦  Aveugle ҂ ChanSung. [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora