Un cuento de cristal

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En el fondo
de este lago tan
complejo llamado vida,
m dejaste en la orilla contaminando la pureza y paciencia del término vivir.

Ahora los amaneceres
ya no no emanan con igual
locura de ese tono rojizo con un toque naranja que lo hace tan magnífico a la mirada humana, para que esté se deje cubrir por su luz.

Las tortugas
regresan al mar
sin mirar atrás, ni
saludar con sus anchas
patas planas dejando ver
el color esmeralda de sus caparazones  a la vista de curiosos por algo de belleza.

Las flores
cierran y ya
no abren hasta
otro encuentro de
sus cuerpos verdosos con
los rayos,  sobre sus cimientos de espacio
de origen y dónde  morirán en algún momento hasta ser irreconocibles en el tiempo de cuando llegue el momento de decir adiós.

Las nubes
se van sin soltar
ni la más mínima gota
de lluvia sobre sus espectadores, del momento, como que
fuesen dos mundos ajenos al otro con sus propias leyes y valores.

Los pájaros
dejan de piar
después de todo
un día de hacerlo
y vuelven como madres y padres que trabajaron con sus familias de colores iguales a ellos en casas grandes y pequeñas como si de clases sociales se tratase.

Las personas
brillan por su ausencia,
dejando con ello universos de sonidos armoniosos a su paso y la noche como un niño empieza emitir sus propios ruidos de forma caprichosa para que al menos una alma en pena le preste atención.

Entonces el tiempo
se detiene dejándome colgado por la falta de
tu presencia en mi vida
y esos momentos alegres
para llenar mis espacios grises.

Cómo una casa
cristal que es abandonada
por su propia transparencia, teniendo adelante de si una de color
único y distinto al suyo encontrando su verdadera figura sentimental.





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⏰ Última actualización: Aug 20, 2023 ⏰

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