Capitulo 4.

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CONRAD'S POV.

Estaba viendo una película con los chicos, y la tenía al lado a ella, intente calmar mis nervios para que ella no lo notara, sé que fui un idiota en alejarla y terminar con ella, pero pensé que estaba cuidándola de mi mismo, no era bueno para ella. La película iba en el comienzo cuando me llegó un mensaje.

El que había estado esperando hace meses, de pronto sentí que me faltaba el aire, como pude salí de la casa y llegue a la playa intentando recordar los ejercicios de respiración que Cleveland me había enseñado.

—Conrad, ¿que sucede?

Steven.

—¿qué pasó?

—una crisis de pánico, estoy bien, estaré bien.

—voy a buscar a Jere.

—¡no, no vayas a buscarlo! Solo necesito un momento.

—¿hay algo que pueda hacer?

—solo habla de algo.

—La playa, la primera vez que me trajeron a surfear estaba asustado, tú y Jere habían vuelto del campamento de surf con trucos geniales, me sentí como un niño pero remaste conmigo hasta que nos subimos a una ola, creí que eras el chico más genial del mundo.

—creo que te equivocaste ahí.

—no, no lo hice. Aun creo que eres el chico mas genial que he conocido.

No quería mirarle pero lo hice.

—¿tienes muchos de estos?

—sí. Más desde que mamá murió, me alegra que estes aquí.

—¿quieres decirme qué te afectó tanto? O ¿fingiremos que esto no pasó?—preguntó.

—me aceptaron en Stanford.

—¿hablas en serio?

—mi mamá creía que yo me encontraría a mi mismo en la costa oeste.

—Connie, esto es algo bueno.

Connie, hace mucho no escuchaba ese apodo, la única que lo usaba seguido era ella y no la había visto en meses.

—sueñas con Stanford desde los diez años.

—si lo sé, pero las cosas están mejorando con Jere y el irá a Finch, cerca de Brown así no tiene sentido transferirme.

—no tienes que decidirlo ahora mismo. Habla con Jere.

—el no sabe que solicite entrar en primer lugar, por favor no le digas.

—¿alguien sabe que solicitaste entrar?

—ella lo sabía, se lo comenté hace unos meses antes de terminar, estaba tan feliz por mi pero nunca podré darle la noticia de que entre.

—¿por qué no?—preguntó.

—porque no tengo derecho, Steven yo termine con ella y sé que sigue sufriendo, ahora si me voy miles de kilómetros más lejos sería peor.

—si de verdad la conoces sabes que ella estaría feliz por ti, te hubiese apoyado.

—Steven, ya lo sé.

—¿aún la quieres?—preguntó.

—Steven, ¿qué clase de pregunta es esa? Quererla es poco, yo la amo y estoy dispuesto a esperarla el resto de la vida si es necesario, pero tengo que mejorar, solo estaba haciéndole daño de forma inconsciente, ella merece a alguien estable.

—tu eras lo único que ella quería, si aún la quieres deberías hacérselo saber.

—¿para que? Ya la perdí.

—no la has perdido, o sino ella no estaría aquí intentando que no vendan la casa de verano.

—¿qué hago? ¿Con qué derecho voy y le digo que la quiero? Que soy un egoísta por quererla y que nunca quise dejarla, solo quería que ella no tuviera que cargar con mis problemas.

—Conrad, ella te apoyó y nunca se quejó de ti, ella lo hacía porque eras tú el que ella quería, y si te da miedo volver a lastimarla entonces no lo hagas, porque ella no necesita volver a pasar por esto dos veces.

—lo sé, intentaré alejarme de ella.

—no era eso a lo que me refería y tú lo sabes, vamos hombre, ninguno de ustedes puede vivir sin el otro, si tan solo hablarán las cosas se arreglaría todo, no es tan difícil.

—no lo sé Steven, no quiero pensar en eso, no es como que yo pueda ir y soltarle una bomba de el tamaño nuclear solo porque así lo quise.

—no es una bomba, es conocimiento general.

—solo volvamos a la casa por favor.

Eso hicimos, volvimos a la casa y la película iba en la mitad, volví a sentarme con ella y me miraba preocupada, aunque optó por no preguntar nada.

Realmente hice todo mal, la dejé ir pensando que era lo mejor para ella y termine sufriendo el triple, cuando la bloquee no estaba pensando claro, y nunca respondí ningún mensaje que me envió con los chicos porque no quería afectarla más.

Grandísimo idiota.

—chicos, estoy muy cansada por el viaje así que me iré a dormir, así que buenas noches—se despidió Taylor.

—en realidad yo también, buenas noches—siguió Steven.

—si de hecho yo también, el encuentro con tu tía me dejo un trago amargo en la boca—siguió belly.

—si mi novia se va, entonces yo también me voy con ella, lo siento con.

Todos se fueron excepto ella, se quedó mirando la película hasta el final, estar los dos solos era incómodo pero solo porque quería abrazarla y volver a tenerla en mis brazos.

No puedes, ella no es un juguete que desechas y buscas cuando estás bien.

—siempre te han gustado los clásicos.

Ella se volteó a mirarme.

—así es, aún recuerdo cuando te hice ver orgullo y prejuicio, te quejaste por dos horas, aunque valió la pena.

Sonreí.

—si lo hizo, me enseñaste un poco de cultura general.

—te entrene para ser un novio funcional—se burló.

Me reí—si lo hiciste, me ayudaste a mejorar, creo que nunca te agradecí como correspondía por eso.

—no tienes que hacerlo, me alegro haberte ayudado en el pasado, después de todo eso hacen las parejas, perdón, eso hacíamos como pareja.

—si lo sé, aunque yo no lo hice por ti, solo te di más cargas que otra cosa.

Ella se molestó por eso.

—no digas estupideces, nunca fuiste una carga para mi, sabes que no lo eres, pero siempre has sido terco y yo sé que tú piensas que es una molestia hablar de tus sentimientos pero no lo es.

—yo... ¿perdón? Ya no debes aguantar mis cosas.

—Conrad tú nunca aprendes.

Se levantó del sillón y me dejó solo, me lo merecía.

—ya la jodi de nuevo.

el verano en que amé. (Conrad Fisher y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora