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—Eres cercano al Conde Stanley?—pregunta de repente Lorena mientras finge no ver la mirada inquisitiva de Bastien.
—Somos socios comerciales. Tenemos una estrecha cooperación—responde él antes de llevarse un bocado de comida a la boca.
—Por qué?—pregunta al verla en silencio meditando su respuesta.
—No me agrada. Es pretencioso y arrogante—dice ella frunciendo el ceño con visible molestia.
—Cierto—una sonrisa divertida crece en sus labios. Disfruta al saber que ella no tiene una buena imagen de él.
—La señora Lockwood me dijo que era nuestro médico de cabecera. Irá con nosotros al Ducado?—inquiere ella sin apartar sus ojos de él.

Bastien sostuvo su mirada, atraído por el turquesa vibrante. Había notado la curiosidad repentina de su esposa por Joshua pero decidió guardar silencio al respecto.

—No. Después de todo, es un Conde y  debe atender los asuntos de Selphir. Su discípulo estará con nosotros—ella asintió aliviada al saber que no iría.

La expresión de alivio y felicidad al saberlo no pasó desapercibida para Bastien. Sin embargo se abstuvo de preguntar al respecto ya que notaba la tensión y preocupación de su joven esposa. A pesar de su curiosidad no quería verla llena de cautela en su presencia. Después hablaría con Joshua, no la molestaría por un asunto sin importancia.

—Por cierto—Bastien detuvo el movimiento de sus cubiertos para verla. La mirada caliente hizo saltar su corazón.

Lorena no pudo evitar tomar un sorbo de agua al sentirse agitada. Era increíble el poder que tenía sobre ella.

—Has empacado tus pertenencias? Estuviste toda la mañana en tu estudio. La situación en el Ducado es tan mala?—preguntó nerviosa al imaginarlo en problemas.

Su ansiedad por él lo hizo sentir bien. Sentía su pecho cálido y lleno de paz al verla preocuparse por su situación. Incluso olvidó por unos segundos que esta mujer lo rechazó cruelmente en su noche de bodas.

—El señor Martin se encargó de mi equipaje y hará las preparaciones necesarias para nuestro viaje, así que no te preocupes—la calmó al verla tan inquieta. Podía ver como se relajaba al escucharle.
—Sobre el Ducado, el asunto es más grave. Cuando lleguemos a Thalassa tendré que irme por unas semanas para resolverlo—su expresión se volvió sombría al pensar en esos tontos nobles que querían iniciar una rebelión.

Lorena ya lo sabía debido a la novela pero aún así no le gustó en lo más mínimo. Si recordaba bien, en ese viaje sería herido por uno de los señores en su intento de huida. Rosemary se enteró de ello cuando estaba en el Ducado Greenville, en una de las propiedades de su familia. Pensó que sería una buena oportunidad para escapar del Imperio hacia el Reino de Azkab pero sus intentos se vieron frustrados por Giovanni y el "escuadrón de la muerte"  bajo su mando. Las órdenea fueron dadas por un lastimado Bastien refugiado en su propiedad principal recluido.
Por supuesto, las cosas serían diferentes está vez. Las cosas comenzaron a cambiar debido a sus acciones pero eso no la hizo sentir tranquila. Si continuaba interfiriendo con los eventos, no podría utilizar sus conocimientos previos.
Al saber que había una posibilidad de que Bastien saliera herido, no se sintió tranquila.

—Debes tener mucho cuidado, permanece siempre cerca de Giovanni—a Bastien le divirtió un poco sus instrucciones.

Él fue quien entrenó a Giovanni por lo que era mucho mejor en el manejo de espada y en el combate cuerpo a cuerpo.

—Tranquila, Gio estará conmigo todo el tiempo—dijo tranquilizando su miedo con un tono suave y dulce.

Al ver como se comprometía, Lorena pudo estar finalmente tranquila. Casi comenzó a hiperventilar al imaginarse a un Bastien herido e incapaz de despertar.
Bastien solo la observó con una sonrisa divertida complacido por su ansiedad.

Las espinas de una Rosa.Where stories live. Discover now