Capítulo 11.

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Mordí mi labio inferior.

-Jo... tenemos que hablar...
Murmure nerviosa.

-Vale, ¿sobre qué?
Suspiré.

Mire a Ross quien asentía con la cabeza sonriendo.

-Sobre... sobré nosotros, lo demás te lo diré en persona...

-De acuerdo, ¿en dónde nos encontramos?

Mire a Ross.
El teléfono está en altavoz por lo tanto Ross podía escuchar todo.

-En... en ¿Gemma's? No lo se...

-De acuerdo, en Gemma's el de la plaza.

Asentí.

-A las 8:00pm, nos vemos allí.

Colgué la llamada antes de que pudiera decir algo más.

No iba ser tan difícil terminar con Jo... el era tan bueno... tan amable...

Pero realmente amo a Ross, me gusta aún más que Jo.

Ross me tomo por la cintura y me abrazo fuertemente.

-No puedo creer que lo hagas... Te amo.
Beso mi sien.

Suspiré, puse mis manos en mi abdomen y recordé que nos habíamos acostado... y no habíamos usado protección...

-¿Usaste protección?

Ross negó con la cabeza aún sonriente.

-Te dije que no me importaba ser padre si es que es contigo, cariño.

Trague saliva.
No sería madre a los 18 años.
No pienso serlo, tengo que disfrutar de las cosas... y luego casarme y hacerme mamá...

¿Me casaría con Ross?
¿Tendríamos hijos?

-Mejor toma la pastilla -Dijo algo triste.

Bese sus labios.
Sonreí.

-¿Ya quieres ser padre?

Ross asintió mirándome confundido.
Me puse sobre el.

-Cuando estemos más grandes.. tal vez podamos... ya sabes tener ¿3 hijos? ¿2?

Ross río.

-5 hijos...

-¿No crees que es demasiado? Y aún peor si salen como tu.

Dio una carcajada.
Lo abrace.
Me encantaba volver a estar así con el
De esa manera tan tierna y romántica.

-¿No quieres tener hijos conmigo?

Me separe de el para mirarlo a los ojos.

-Claro que quiero -Bese sus labios cortamente- Pero cuando estemos más grandes, siento que no estoy preparada para ser mamá por eso tomare la pastilla.

Ross asintió sonriendo.
Beso mis labios apasionadamente.

Sus labios junto a los míos... Oh Dios...

Mis manos tocaron por debajo de su camiseta sus marcados abdominales.

Me relamí los labios involuntariamente.

-Ross... -Me separe de él- Mientras estuviste en ese psicólogo o lo que sea... eh... ¿estuviste con una chica?

El negó.
Agarro mi rostro y me miro con lentitud.

-Tu eres la única... aunque había una llamada Abigail.

Fruncí el ceño.

-¿Cómo la nenita?

Ross asintió.

-Es raro pero es cierto... bueno... ella se comporto muy bien conmigo y llego a ser alguien muy especial para mi pero no paso nada entre nosotros.

Sonreí.
No necesitaba pedir más explicaciones.
Confiaba en él.

-Te amo.
Susurre besando su oreja.

Ross sonrió y abrazo mis caderas.

-Yo también preciosa.
Tire de su labio inferior.

Ross bajó sus manos a mis pantalones e introdujo su mano. Toco mi vagina.

Gemí en su oído.

*

-¿Esta todo bien?
Negué con mi cabeza

Jugué con mis manos y luego levanté mi mirada para observar a Jo, quien estaba nervioso.

-Eh... Jo... creo que... que... esta relación ya no da para más -Dije- Debemos terminar... lo lamento...

Iba a pararme del asiento pero Jo me detuvo.

-¿Ya no da para más? Hasta hoy por la mañana estábamos muy bien _______... ¿qué mierda te sucede? ¿Por qué estas rompiendo conmigo? ¿Acaso hice algo mal?

Negué con mi cabeza al instante.

-No haz hecho nada malo Jo... eres un buen chico pero... pero ya no puedo...

Jo frunció el ceño, tenía los ojos ligeramente rojos.

-¿Por qué no? Pensé que... pensé que me amabas...

-Jo nosotros...

Jo se pasó su manga por sus ojos.
Ay no...

-Me gusta Ross.

Solté sin pensar.

La madrastra II | Ross LynchWhere stories live. Discover now