Diez - Zee

354 59 9
                                    

¿Ochenta y cinco millones de vistas? Mierda, eso era impresionante. No es que me sorprendiera. La primera vez que oí a NuNew tocar ese riff en Savannah, supe que podía ser algo extraordinario. Pero cuando tanta gente estaba de acuerdo contigo, era más que eso. Habíamos tenido grandes éxitos con BMB antes, pero el que esta canción, de una banda ‘desconocida’, arrasara con esos números hasta la estratósfera musical, la MGA tenía que darse cuenta de que esto era algo genial… que NuNew era un maldito genio.

—Vamos a tener luz verde para una gira de estadio —dijo Max, buscando el ketchup.

Net le dio un mordisco a su hamburguesa y asintió.

—Van a querer ver como llegan algunas de las otras canciones, pero están súper impresionados con lo que les hemos enviado.

No jodas. Era la mejor música que habíamos hecho, y todo gracias al hombre sentado a mi izquierda. NuNew había encendido un fuego bajo nuestros culos, nos hizo pensar fuera de la familiar caja de BMB, y nos desafió a nosotros mismos, y demonios si eso no lo hacía aún más atractivo de lo que ya lo encontraba.

Miré al ángel, que observaba al resto de los muchachos en silencio como si fuera un mero espectador de la conversación, en lugar de una parte integral de ella.

—¿Estás bien, Nu? —dije, golpeando su hombro con el mío, y cuando NuNew se volvió hacia mí, agitó la cabeza.

—Está en estado de shock. —Mark le puso un brazo alrededor del hombro a su dama y la tiró cerca de su costado—. No todos los días alguien descubre que su canción ha tenido ochenta y cinco millones de vistas en una semana.

—Que alguien le consiga una bolsa de papel para respirar —bromeó Max.

—O simplemente agáchate y pon la cabeza entre tus rodillas —sugirió Net.

O entre las mías.

—La escuché en la radio esta mañana —dijo la mujer pegada al costado de Mark mientras apuntaba con una sonrisa coqueta hacia NuNew—. Me encanta tu voz.

Sí, estaba seguro de que su voz era todo lo que ella amaba.

—Gracias, chicos —dijo NuNew, agarrando otro puñado de papas fritas de un plato, ya que yo me había comido la mayor parte de las suyas—. Estoy bien, es sólo un poco... wow, es todo.

—¿Crees que esto es wow? —dijo Max, recostándose en su silla—. Espera a que empecemos a pensar en una gira. Los decorados. Las luces. La pirotecnia. Va a ser algo fuera de serie.

NuNew buscó una de las papas fritas de su plato.

—Ni siquiera puedo imaginarlo.

—Más te vale —dije, luego vacié mi cerveza y miré hacia la nevera para encontrarla vacía—. Vas a ser el centro del escenario a lo grande, Nu. Tenemos que pensar en algo épico para tu vuelo virginal.

Cuando los ojos de NuNew se abrieron de par en par como si no hubiera pensado tanto en el futuro, me reí. Tal vez era hora de sacar algo un poco más fuerte si los chicos iban a empezar a hablar de montajes de escenarios y giras mundiales. El pobre chico parecía como si todavía se estuviera enfrentando al hecho de que su música estaba siendo escuchada... y amada.

Me puse de pie, miré alrededor de la mesa y dije:

—¿Qué tal si abrimos algo un poco más fuerte que la cerveza, sí?

Cuando el resto de los chicos asintieron, miré a NuNew, quien dijo:

—¿Vodka?

Alcancé otro trozo de su plato y me lo metí en la boca, y los labios de NuNew se arrimaron en las esquinas.

Angel Caído 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora