Capítulo Uno. La bella durmiente

128 9 4
                                    


MAYO DE 1998

EMPIEZA LA TORMENTA, el protagonista se arrepiente de sus palabras y sale a buscar a su amada para pedirle perdón y sellar su amor en un romántico beso bajo la lluvia. Así es como termina su película favorita, esa comedia romántica que sus padres no la dejaban ver, y que aún así, siempre lo hacía.

Desde luego que esa clase de cosas pasaban nomás en las películas. En la vida real el amor se terminaba rápidamente.

Como gran ejemplo tenía a sus padres. Antes eran sus héroes, los que la habían salvado de quedar sola en las frías calles de Buenos Aires, los que le habían dado su amor incondicional y un gran hogar para crecer. Ahora, ellos eran unos completos extraños. Sobre todo su madre, quien ya no la calmaba después de una pesadilla, ya no la esperaba al salir de la escuela o de sus clases de bailes, ya no la peinaba o abrazaba, y muchas veces ni la miraba.

Sí, las cosas habían cambiado mucho en su casa. Su padre podía decirle todo lo que se le ocurriera para que no pensara en eso. Podía mentir diciéndole que su madre estaba cansada por el trabajo o un poco enferma para pasar tiempo con ella, pero Estefanía era demasiado inteligente para darse cuenta que eso era una gran mentira.

Ella escuchaba los insultos, los gritos y las cosas rompiéndose. Ella veía cómo se iban distanciando cada día, como su padre dormía en otra habitación por varias noches, y como su madre casi nunca estaba en casa. Ella sentía la abrumadora tensión que aumentaba día a día.

—Yo te entiendo, te juro que lo hago Julia, pero no podes dejarla de lado por eso ¡Ella también es tu hija!

Estefanía cerró sus ojos con fuerza y se tapó los oídos al darse cuenta de que los gritos estaban por comenzar una vez más. No sabía cuál era el número exacto de veces que los había escuchado pelear esa semana.

Solo deseaba que se detuvieran.

— ¡Si me entendieras no estarías acá recriminando!

— ¡Ya agotaste mi paciencia Julia, deberías reaccionar! ¡Estefanía está sufriendo con todo esto!

— ¡Ella está bien! ¡Es afortunada de que la hayamos encontrado, tiene comida, una casa y una buena educación! ¡Él, en cambio, está solo y debe estar sufriendo!

— ¡No, ella no está bien! ¡Está sufriendo por su madre que le quita la única familia que tiene por un niño que no sabías que estaba vivo!

— ¡No me digas que no soy una buena madre, yo por mi hijo hago lo que sea!

— ¡¿Y por tu hija que te está esperando arriba?!

— ¡Estás exagerando como siempre, Estefanía está perfecta!

— ¡¿Le preguntaste acaso?!

— ¡Sigue viendo sus estúpidas películas y en su mundo de fantasías, no hay nada nuevo que me diga que ella no está bien!

Una lágrima comenzó a descender por los ojos de Estefanía. A pesar de que hacía fuerza para contener sus ojos cerrados, mientras se mecía de atrás para adelante para olvidarse de lo que había escuchado, las palabras de su madre se repetían una y otra vez en su cabeza. Una horrible presión en su pecho la hacía querer gritar de dolor. Ella sabía que no tenía nada malo, pero su corazón comenzó a doler tanto que lo único que deseaba era que se detuviera.

Abrió un poco sus ojos, los gritos aún seguían. Siempre iban a seguir.

Para despejar su mente, agarró el control remoto y cambió de canal para ver alguna otra película. Encontró la Bella Durmiente y decidió dejarla. A pesar de que no era su princesa favorita, en ese momento comenzó a apreciarla más. La princesa estaba dormida, sin enterarse de lo que estaba pasando a su alrededor, descansando en paz sin que nadie la molestara. Ya quisiera Estefanía poder dormir sin tener alguna pesadilla o escuchar de fondo los gritos de sus padres.

Se concentró en la escena en el que la princesa bailaba con el príncipe y se dejó llevar al mundo de los sueños, en donde ella era la chica que bailaba con un apuesto chico, que aunque no podía ver bien su cara, sabía que tenía unos hermosos ojos azules.

Poco a poco sus ojos se fueron cerrando del sueño, pero Estefanía luchaba para no quedarse dormida. Quería seguir viendo la película para dejar de pensar en la conversación que sus padres estaban teniendo abajo.

Terminó rindiéndose y cerró por completo sus ojos, mientras se acomodaba mejor en la cama junto a su perro de peluche. No se durmió tan rápido como se imaginó, ya que aún estaba algo consciente cuando su padre entró a su habitación y se sentó a su lado.

Estefanía simuló estar dormida para no recibir otro castigo, aunque la tensión en su cuerpo no fue algo que pasó desapercibido para su padre. Sergio sonrió con ternura, y aunque sabía que su hija estaba despierta, no dijo nada. Con suavidad, comenzó a hacerle caricias en su cabello, lo que relajo por completo a Estefanía.

Ambos disfrutaron a pleno ese momento, y cuando Sergio noto que ya se encontraba dormida, se levantó despacio de la cama y le dio un beso en la cabeza. Casi murmurando le dijo: —A pesar de lo que vaya a pasar, quiero que sepas que nunca te voy a dejar.

Como último acto le prendió la luz de noche y la dejó descansar. Sin imaginarse que esas simples palabras, le permitirían irse al mundo de los sueños en paz.

¡Y demos comienzo a esta historia! No se dan una idea de lo emocionada que estoy por todo lo que se viene, ¡ya quiero que lo lean! Solo para recordar, los primeros capítulos trataran de la infancia de los chicos antes de  conocerse para comprender...

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

¡Y demos comienzo a esta historia! No se dan una idea de lo emocionada que estoy por todo lo que se viene, ¡ya quiero que lo lean! 
Solo para recordar, los primeros capítulos trataran de la infancia de los chicos antes de  conocerse para comprender como es que llegaron a CC. 
Muchísimas gracias por todo el apoyo, ¡espero que le guste el capítulo!

Who I Am ( lucefi. )Where stories live. Discover now