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Madara fue el primero en levantarse por la mañana, se quedó sentado en la cama y observo a Shiro.

Ella estaba profundamente dormida, tenía la cara casi enterrada en su almohada. Madara apreció cada marca en la piel clara de su prometida, le gustaba observar lo bonita que se veía, incluso con el cabello revuelto, incluso si de vez en cuando babeaba mientras dormía.

Pero lo que hoy especialmente le llamaba la atención, eran las marcas que demostraban que ahora era completamente suya.

Las marcas pequeñas y rojas en su cuello, clavículas, espalda, las marcas de sus dedos sobre las caderas de Shiro... No podía ver las marcas que dejo entre sus piernas, pero estaba seguro de que por un tiempo ella dejaría de usar esas bonitas faldas que tanto le gustaba ver puestas en su prometida.

Y lo mas llamativo, era el anillo que él puso en el dedo de Shiro sin que ella se percatara.

Por supuesto que, Madara lo sabía, luego de haber hecho tanto durante la noche, ya no había duda de la respuesta de su ahora prometida.

Se levantó, le dio tiempo de lavar la ropa que ambos habían dejado la noche anterior tirada por el pasillo y la sala, lavó más ropa, preparó el desayuno y Shiro aún no despertaba.

¿Había sido demasiado para ella?

No fue hasta cerca de las once de la mañana que ella despertó mientras Madara doblaba la ropa limpia en la orilla de la cama.

Namikaze parpadeo lentamente buscando acostumbrarse a la luz, lo primero que vio, fue a Madara.

—¿Por qué te ves tan bien...? —siseo Shiro enterrando la cara en su almohada cuando sintió el dolor en sus caderas.

—Es mi aspecto normal —respondió él, pero sonó mas como una burla —Tuvimos mucho movimiento anoche, no me extrañaría que estuvieras embarazada ahora mismo.

—¿Si? Eres un estúpido al doble entonces.

—¿Sabes cuantos intentos le tomo a mi padre embarazar a mi madre?

—¿Cuántos? —preguntó Shiro sintiendo algo de curiosidad.

—Un día, lo hizo en menos de cuarenta minutos, eso dijo mi madre en medio de una platica casual cuando yo tenía dieciseis.

—¡Madara!

El azabache se rió, siguió con lo suyo, pero sin dejar de mirar a Namikaze.

—¿Que harás si realmente estás embarazada? —cuestionó Uchiha con voz suave y calmada.

—¿Que quieres que haga? Es el hijo de mi novio, el hombre que más amo, voy a cuidarlo con esmero —respondió Shiro mirándolo.

—¿Disculpa? ¿Novio? Se dice "Mi preciado prometido, el gran líder del clan Uchiha, el increíble Uchiha Madara".

—¿Prometido? —ella le miró con burla, pero no fue por mucho tiempo.

Madara apunto su propio dedo anular dejando de doblar la ropa por un segundo.

Shiro abrió los ojos de par en par, mas que sorprendida, observó su mano y efectivamente, un bonito anillo reposaba en su dedo.

—Pero...

—Creí que ya podía dártelo, después de todo, ya me entregué a ti y tu te entregaste a mi.

Shiro volvió a enterrar su cara en la almohada, pataleo suavemente en la cama haciendo reír a Madara.

—¿Emocionada?

—Me tomaste por sorpresa... —susurró Shiro con la cara ruborizada.

—Me alegra, entonces. — él sonrió ampliamente.

—¿Que harás si realmente estoy embarazada?

—Voy a cuidar del bebé y de ti durante el resto de mi vida, voy a amarlos con todo mi corazón.

—Eso suena a un buen plan... — Namikaze sonrió calidamente hacia su prometido.

Madara no pudo evitarlo, se ruborizó suavemente, la luz entraba por la ventana y se reflejaba suavemente en el cabello de Shiro dando un efecto agradable visualmente aunado a la bonita sonrisa de aquella mujer.

Namikaze no pudo evitar reír suavemente. Aquel hombre casi nunca ponía una expresión así, pues su padre, el antiguo líder del clan Uchiha, le enseñó desde muy pequeño a no mostrar sus verdaderos sentimientos.

Ella lo sabía, ella lo entendía.

Ella nunca exigía más de lo que él podía demostrar, sin embargo él siempre buscaba expresarlo así ella no lo pidiera, porque la amaba.

Con Shiro era distinto, estando con ella, él podía volver a ser ese joven bondadoso que alguna vez había jurado enterrar en lo más profundo de su ser.

—Te amo —murmuró Shiro cariñosamente, recargando su mejilla de la almohada.

—También te amo —respondió Uchiha sonriendo calidamente.






—También te amo —respondió Uchiha sonriendo calidamente

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N/A!

Esto se siente demasiado pacífico, se antoja un poco de drama ¿Verdad?




S T O N E - 結石 || Uchiha Madara x Fem Reader!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora