⚖️ ER 07 ⚖️

141 17 7
                                    

Dionisio: Lo sé - le toqué la cara - te prometo que iré con calma... que lo intentaré y si no quieras, te dejaré... será difícil, pero lo haré.

María: No tendrás que dejarme ir - le sonríe - quiero estar a tu lado Dionisio... si no fuera así, no me habría entregado a ti...- he sido sincera - vamos a acordar una cosa... nunca nos rendiremos el uno al otro... ¿qué me dice?... siempre lucharemos por los dos... siempre.

Dionisio: Que... es todo lo que quiero... y debo confesar, que soy bastante insistente cuando quiero - sonreí - no voy a renunciar a ti... puedes estar segura.

María: Muy bien - le abrí una hermosa sonrisa y le besé acomodándome sobre él... sentí que su miembro tocaba mi pierna y sonreí levantándome... puse mis manos hacia atrás y lo toqué - es tan grande.

Dionisio: ¿Crees? - sonríe travieso - él está loco por ti y por esa preciosidad que tienes - toqué entre sus piernas - ella es tan deliciosa.

Me tiré un poco hacia atrás al sentir su toque allí. Sentí que su miembro tocaba mi trasero y me mordí el labio inferior, de una manera provocativa.

María: Sí... un... eso creo...- sentí que mi cuerpo temblaba y mi intimidad se contraía un poco - no lo hagas Dionisio.

Dionisio: ¿Qué María? ¿Qué estoy haciendo? - sonríe travieso - dime mi amor... ¿que quieres? Solo pídelo y lo haré.

María: Quiero sentirte de nuevo...- dije astuta - pero quiero que me enseñes... que me enseñe a mantener el control.

Dionisio: Te enseño amor - sonríe travieso - pone él María... ponlo aquí adentro - toqué su intimidad.

María: Un...- gemí sintiendo su toque y me levanté un poco sin soltar su miembro, lo pasé en mi intimidad y sonreí temblando... pronto encontré la entrada y bajé de una vez, haciendo lo mismo entrar con fuerza dentro de mí - aaahhh...- gemí entre mis labios, que se apretaron.

Gemi y no fue bajo. Le estaba yendo mejor que el pedido. Llevé mis manos a sus pechos apretándolos con gusto. Luego bajé a su cintura ayudándole a moverse sobre mí. Estaba tan sabroso y placentero. Tiempo después estábamos durmiendo uno en los brazos del otro, saciados por aquel encuentro magnífico de amor y placer que tuvimos. Después de todo lo que habíamos vivido en ese lugar, las cosas solo mejoraban. Estaba cada vez más enamorado y adicto a María. A medida que pasaban los días y toda esa prisa, hacíamos todo lo posible para encontrarnos siempre que podíamos. Ese domingo por la mañana estábamos durmiendo en nuestra cama. María había ido allí desde el viernes, ese fin de semana sería nuestro y de nadie más.

Estábamos agotado por la tórrida y loca noche de amor que tuvimos.
Me moví en los brazos de Dionisio después de sentir un fejo de luz entrar por la ventana, dirigiéndose hacia mi cara. Murmuré quejándome un poco y sentí que Dionisio me apretaba un poco. Lo miré y sonreí al verlo dormir tan tranquilamente. Acaricié su rostro y le besé el cuello de leve.

Dionisio: Se acabó conmigo María - susurré somnoliento - vamos a quedarnos un poco más... ¿un? Está tan delicioso.

María: Está bien...- sonreí y acaricié su pecho - no hice nada... tú que querías más y más...- sonríe sapeca - solo te di lo que querías.

Dionisio: Así como tú también querías fogosa - ríe - me estás volviendo loco María... no te imaginas cuánto mi amor... no quiero soltarte más... es tan bueno tenerte a mi lado... amarte.

María: Eso es correcto... lo quería...- lo miré travieso - contigo siempre quiero todo y mucho más...- le sonríe con amor escuchándole - Dionisio... te amo...- hablé de una vez esperando su reacción.

Dionisio: ¿Qué dijo María? - la miré sin creer lo que mis oídos absorbieron en aquel instante.

María: Que te amo...- hablé en voz baja... - ¿no te gustó saber eso?...- lo miré un poco confundida y sentí que mi pecho se apretaba temeroso de su respuesta.

Dionisio: ¡No!... no me gustó... me encantó... no te imaginas cuánto me encantó oírlo de tus labios... es mi amor María... desde el momento en que pisó ese escenario... todo lo que quería era escucharlo de tus labios... que me ama, como yo te amo... te quiero María... te amo mi amor.

Sonreí aliviada y lo besé con amor y alegría.

María: Casi me matas del corazón Dionisio...- le golpeé el pecho ligeramente.

Dionisio: Te mataré... pero será de placer mi amor - sonríe travieso - ¿crees que no te amo? Me encanta... por mí ya estaríamos unidos de todas las formas posibles.

María: Lo sé...- le sonríe - me encantaría que me mataran de esa manera...- me mordí el labio inferior.

Dionisio: Sé que va - sonríe - ¿vámonos a bajar? Podemos tomar el sol en la piscina... ¿qué me dice?

María: Vámonos...- hablé sentándome y me levanté de la cama, sin darme cuenta que estaba sin nada - es una idea maravillosa.

Dionisio: Pon maravillosa en eso - ríe - ¿va así? ¿Sin nada? Sabes que me encanta verte así... por mí no hay problema alguno - me levanté de la cama sin pieza alguna en el cuerpo.

María: Sin nada? - extrañé la pregunta Y miré mi cuerpo... me puse roja cuando vi que estaba completamente sin nada - no Dionisio, está de día... alguien puede verme así.

Dionisio: Sé amor - ríe acercándome a ella - pongámonos algo y vámonos... solo lo hago porque los empleados están en la casa, no quiero que nadie te vea así... cómo vino al mundo... mi gusto - la cogí en el regazo - sólo yo puedo verte así.

Sonreí sosteniéndome en él y sacudí las piernas.

María: Está bien... y yo mucho menos... solo tú puedes verme así...- le acaricié y le besé el rostro.

Dionisio: Solo yo... así como solo tú puedes verme así - le di un beso - cuidémonos, quiero disfrutar de este hermoso día con mi amor.

María: Así es, solo yo puedo verte así...- sonreí y le di un beso - vámonos.

Nos vestimos y luego fuimos a la zona de la piscina, donde tenía una hermosa mesa montada con nuestro desayuno.

Dionisio: Aquí amor - me llevé la fresa a su boca - está una delicia... no lo está.

María: Un...- sonríe sacando un pedazo de la fresa - está sí mi vida... una verdadera maravilla.

Lucía: Muy bonito... qué escena más hermosa Señor Dionisio Ferrer...- hablé acercándome a ellos.

Dionisio: Lucía - respiré hondo mirándola - ¿qué haces en mi casa? Te dije que no quería verte aquí en mi casa, a menos que fuera por mi hijo - me levanté de la silla yendo hacia ella.

Lucía: Claro que no quería... ya tiene una nueva diversión... esa perra...- hablé con la voz alterada.

María: Lo siento, pero no permito que me hable en ese tono y mucho menos que me trate por esta palabrería horrorosa... exijo que me respetes porque en ningún momento le falté el respeto.

Dionisio: Respeta a mi novia Lucía, no voy a permitir que venga aquí y hable mal de ella... eso nunca - lo dije en serio - ¿qué quieres? Háblame... ¿qué vino a hacer en mi casa? No tengo ni quiero nada contigo... te quiero lejos de aquí... solo te aguanto por mi hijo... sólo por eso.

Lucía: ¿Novia? - di un aire de risa - hay claro... ¿ella ya sabe que me dejaste embarazada y luego me dejaste sola?... claro, ya no te sivo más.

Continúa...

⚖️ El Remate ⚖️ - Maria y Dionisio (Concluído)Onde histórias criam vida. Descubra agora