Introducción

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Era 24 de mayo del 2000, una noche mágica en la Copa Libertadores para Boca que luego de haber perdido 2-1 en el Monumental frente a River, llegó su revancha en la Bombonera. El equipo logró dar vuelta el resultado y avanzar a los cuartos de final. Esta no había sido una simple victoria, ya que no solo ganaron contra cualquier equipo, sino que fue a su eterno rival, River Plate. Esto añadió un sabor especial a la victoria xeneize.

En el ambiente se podía sentir demasiadas emociones, la cancha retumbaba por los canticos mientras los simpatizantes saltaban y agitaban sus banderas con pasión.  Por su parte, los jugadores de ambos equipos volvían a los vestuarios exhaustos. 

Mientras que la multitud se esparcía, dos jugadores rivales se buscaban con la mirada en los pasillos. Román fue el primera en localizarlo, y con cautela y silencio se acercó.

Una vez estuvo detrás, rodeó con sus brazos la cintura de Pablo quien sorprendido por el abrazo inesperado, se volteó para ver quien era. Cuando su mirada se encontró con el mayor, su sorpresa se convirtió en una sonrisa genuina.

"Cabezón", sus ojos brillaron al verlo. Rápidamente pasó sus brazos por los hombros del diez de Boca, juntando más sus cuerpo en un cálido abrazo.

Los segundos pasaron, era como si el tiempo se hubiera detenido ahí. Román escondió su rostro entre el cuello del más bajo, como si no quiera separarse de él, pero sabía que tenía que hacerlo. Pero fue Pablo quien se alejó primero aún manteniendo una sonrisa. Sin embargo, el rostro de Román parecía estar cargado de tristeza la cual no podía ocultar.

"¿Qué pasa? El que tiene que estar triste soy yo, no vos, boludo", rio levemente, aunque algo preocupado por el más alto. "Escuchá la gente como está. Déjate de joder cabezón", intentó animarlo, dándole unas palmadas en la espalda.

Riquelme le devolvió la sonrisa abrazándolo una vez más. Luego, se acercó al oído de Pablo para susurrarle algo tímido. "Quiero que nos veamos hoy a la noche", su tono fue bajo, pero se aseguró de que solo Aimar pudiera escucharlo. Y por supuesto que lo hizo.

Aquella invitación dejó una chispa de intriga. Pablo asintió suavemente, "Dale, donde siempre", se animó a responder cortando con el abrazo finalmente. 

Ambos se despidieron con un beso en la mejilla aunque, su despedida seria momentánea. 

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Nota del autor:

Hola, pues muchas gracias por leer. Recuerden que todo es ficción y no se busca hacer creer que esto pasó en realidad, solo es entretenimiento.

Amo esta canción así busqué la oportunidad de escribir algo inspirado en ello y que más lindo que un Riquelme x Aimar con drama jsjs si no la han escuchado háganlo yaaaaa

Espero les guste! Y cualquier error o sugerencia pueden decirme <3

Ella dijo - Riquelme x AimarWo Geschichten leben. Entdecke jetzt