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Su mirada seguía en el techo de la habitación mientras su mente analizaba con detenimiento el sueño que había tenido hace unos minutos. Con el pulso acelerado quería descifrar totalmente lo que había visto y se preguntaba cómo era posible qué pudiera sentirse tan real.

Sus manos jugaban con el hilo suelto de la colcha mientras mordía levemente su labio inferior al recordar con exactitud cada detalle.

¿Cómo podía sentirse tan real un beso?

Realmente se lo preguntaba.

Juraba haber sentido aquellos labios sobre los suyos, siendo tan suaves y cálidos que solamente la hacían querer volver a probarlos aunque se tratara de un sueño solamente. Parecía tan real al sentir que hacía a su corazón latir con rapidez mientras nuestras sus respiraciones se mezclaban haciendo una combinación perfecta, y de como sus manos hacían contacto con su piel estremeciendo a la chica ante cada caricia.

No pudo evitar sonrojarse al imaginarlo nuevamente.

Lograba llegar al motivo de aquel sueño, pareciendo verdaderamente lógico en su mente. Ambos habían formalizado una relación de amistad conforme las semanas avanzaban, sintiendo una fuerte conexión en cada palabra de los mensajes de texto que compartían.

Se habían desvelado platicando sin tener un tema en específico, simplemente compartiendo ideas de varias cosas sin relación alguna. Se habían divertido, sin recordar que aquel día Abril y Juan saldrían de vacaciones junto con su hijo un par de días, Samantha había olvidado que ella los llevaría al aeropuerto.

Los golpes en la puerta la sacaron de su pequeño trance asustándola un poco, con rapidez se dirigió abrir para encontrarse con su hermana mayor con una mirada un poco molesta.

—¡Samantha te vengo llamando desde hace rato! ¿Qué haces en pijama?

—Yo... perdón, se me olvidó... me quedé dormida— Salió de la habitación mientras su hermana la seguía apresuradamente—. Así voy, no se preocupen. No los haré perder tiempo.

—¡Hola tía!— Saludó Erick al verla bajar por las escaleras.

—¡Hola mi amor!— Respondió Samantha al verlo.

Juan ya se encontraba acomodando las maletas en la cajuela del auto, esperando por las hermanas.

—Hola Samy, buenos días.

—Buenos días, perdónenme. Me quedé bastante dormida.

—¿A qué hora te dormiste?— Preguntó Ari, mientras salía junto con Erick para llevarlo hacía el auto.

Se quedó dudosa para responderle por unos segundos—. A las dos...

Salieron con prisa rumbo al aeropuerto donde conversaban sobre algunos pendientes que dejarían al mando de ella mientras se encontraban en la playa.

Para la sorpresa de Abril, llegaron con tiempo al aeropuerto, sintiéndose más relajada que hace unos minutos. La pareja salió del automóvil mientras Samantha los imitaba para ayudar con el equipaje que portaban.

—Te cuidas. Por favor, cualquier cosa no dudes en llamarnos a cualquiera de los dos, sabes qué estaremos...

Samantha sonrió ante lo que su hermana decía, interrumpiendo segura antes de que siguiera—. Lo sé, ustedes disfruten sus vacaciones. Todo estará en orden en la casa, tranquilos.

—¡Te voy a traer un regalo tía!— El pequeño abrazó con fuerza la pierna de la rubia.

—Gracias, te lo agradezco mucho— Sonrió tomándolo tiernamente por su mano.

Salvatore  ⸺ RiverducciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora