Salvatore ⸻ ❝Riverducción❞

08

Dos semanas habían pasado desde aquel encuentro en Salvatore, se había hecho un lugar que frecuentaban los amigos desde el primer momento.

Samantha por su parte sentía una emoción recorrerla al saber que posiblemente lo encontraría ahí. De cierta manera, habían hablado tan solo dos noches, aunque compartían leves palabras y aún sin saber algo del otro, sentían aquella extraña sensación desde la pelea, dejándolos con ganas de descubrir tal emoción.

No tardó en soltar una pequeña sonrisa ante el espejo de su habitación, mientras colocaba un ligero color rosa a sus labios con el lipstick que su hermana le había regalado.

Quizá no sabía maquillarse como lo solía hacer ella, pero lo intentaba con pequeños trucos que había aprendido de su parte. Abril observaba a su hermana menor desde la puerta, mientras ésta se arreglaba, se preguntaba así misma el porqué de la insistencia por asistir a tal club nocturno aumentaba conforme los días. Se acercó con tranquilidad tomando asiento a la orilla de la cama, regalándole una sonrisa que transmitía aquella confianza que siempre le dedicaba.

—Eres muy bonita— Samantha no pudo evitar sonreír ante el comentario de su hermana—. ¿Ya casi terminas?

—Sí, no me falta mucho. Ayúdame, ¿Qué escojo? ¿El top o éste conjunto?— Tomó ambos en sus manos para mostrarlos con claridad—. El top lo usaré con un pantalón.

—Me gusta más el conjunto, te queda muy lindo el morado.

—Gracias. De acuerdo, usaré el conjunto— Ari frunció el ceño ante esto, últimamente se preguntaba como es que le preguntaba su apariencia con insistencia antes de salir a divertirse.

El conjunto abarcaba un lindo encaje desde sus brazos hasta sus muslos. Acompañados de licra y y corto corset del mismo color.

—Creo que ya están por llegar— Observó su celular—. Justo, están en la entrada.

—Creo que ahora sí nos encontrarás despiertos. Salió la nueva serie que Juan ama, dudo que quiera pararla.

Samantha sonrió devuelta hacía su hermana.

—Disfruten su momento en pareja— Dijo lanzándole un guiño.

La rubia no tardó en salir y saludar a su mejor amiga, la cual ya estaba esperándola con ansias para tomar siento en la parte atrás con ella.

—¡Hasta que te animas a salir con nosotros!— Comentó Samantha al ver a Osvaldo en el asiento del copiloto.

—Te recuerdo que estaba enfermo. No podía ni siquiera pararme de la cama— Dijo, mientras la observaba por el retrovisor—. ¿Qué es lo que no podían decirme ellos? Me dijeron que me esperara.

Samantha observó confundida a su amiga, quien rápidamente sonrió divertida al sentir la mirada sobre ella.

En cambio, Sebastián parecía bastante emocionado.

—Samantha está cumpliendo nuestro sueño wey.

No tardó en reír al captar a lo que se referían.

—Nada que ver. No lo conozco, solamente hablé con él dos veces.

—Samy, con eso es suficiente— Comentó Sebastián—. Yo al pedirle la foto casi me desmayo, y literal contigo habló dos veces.

—¡Pero cuenten!

La desesperación de Osvaldo era notoria.

—Samantha y Cacciatore... se conocen wey, las dos ultimas veces que fuimos han platicado.

Los ojos de Osvaldo no tardaron en abrirse en sorpresa, dejándolo sin palabras ante lo que escuchó.

—No nos conocemos, ni siquiera hemos hablado de nosotros. Solamente se acercó y conversamos un poco sobre ese día.