Salvatore ⸻ ❝Riverducción❞

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A D V E R T E N C I A

En el próximo capítulo yo NO busco
incomodar, sexualizar y
mucho menos hacer sentir mal, o molestar
a los lectores de esta historia.

Si las escenas +18 te incomodan o no te gustan,
evita leer este capítulo, eres libre de saltarlo,
no obligo a nadie a leerlo.

Edad de los personajes:

• 21 años.
•22 años.

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Samantha entrecerró los ojos al sentir la satisfacción que las manos compañeras acariciaban por dentro de sus piernas, subiendo y bajando de manera suave haciéndola jadear leve. Su respiración empezó a contraerse conforme cada caricia pasaba, haciéndola sentirse cada vez más débil. Un reacción la hizo pegarse rápidamente a él, quedando recargada en el mueble mientras se pegaba contra su erección.

Con desesperación empezó a removerse contra ella, provocando una risa ronca por parte de su pareja, quién la levantó con cuidado para quedar frente a él. Entre las luces tenues logró hacer que lo observara directamente, sintiéndose mucho más extasiado por su expresión; sus mejillas acaloradas y sus dientes superiores presionando con sensualidad su labio inferior.

—¿Aún quieres irte?— Preguntó al acariciar sus labios con uno de sus pulgares, haciendo que éstos quedaran libres.

La rubia negó levemente para tratar de atrapar sus labios, fallando en el resultado. Félix se quedó mirándola por algunos segundos cuando sonrió con picardía, llevando sus manos a la parte trasera de la rubia, donde se encontraban sus manos amarradas, soltándolas con cuidado. Samantha se sentía impresionada por tan repentino cambio, hasta que sus labios volvieron a unirse con los de él, tomándolo de un sólo movimiento en sus brazos.

Félix trató de girar para llevarla hasta uno de los sillones color rojo de aquella zona, llegando mucho más a las cortinas que los cubrían. Sus manos exploraron por completo cada una de sus curvas mientras la tenía debajo de él, totalmente vulnerable. Bajó sus besos por su cuello con delicadeza, mordiendo con cuidado en varias ocasiones para escucharla jadear muy de vez en cuando por el volumen de la música. Siguió descendiendo hasta sus clavículas para llegar a su pecho y besar por arriba de la tela, desesperándola.

La presión interna que Samantha comenzaba a tener la incitaba a ser más ansiosa por que ese vestido se deshiciera por completo de ella. Félix se separó de golpe de ella, confundiéndola al notar como éste extendía su mano para levantarla del sillón.

—¿Qué... qué pasó?— Soltó un jadeo mientras acomodaba su vestido.

—Vámonos de aquí— Susurró con voz ronca en su oído—. Aquí no logró verte y escucharte con claridad.

—¿I-irnos... y a dónde?

—Le avisaré a Ari que te quedaste conmigo— Volvió a ronronear sobre su oído, estremeciéndola—. Les diremos que surgió un imprevisto— Habló, refiriéndose a los demás.

—¿Y si nos siguen?— Preguntó con preocupación—. Pueden llegar en c-cualquier momento Ronny y...

Félix negó con seguridad mientras acariciaba la cintura de Samantha, notando rápidamente las reacciones que provocaba en ella al mirar sus ojos cerrarse con satisfacción.