6| No vuelvas a acercarte

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—Gracias por traerme, pa. —agradeció el castaño una vez el mayor se estacionó frente al hospital

—¿Quieres que pase por tí de rato? —le preguntó con calma, girando a verlo

—No sé, veré si puedo quedarme con ella hoy. Claro, si no te molesta. —le sonrió nervioso, pues no le había dicho que planeaba pasar la noche ahí

—No me molesta, solo avísame si te quedarás o si necesitarás cualquier cosa. Y por favor, come algo. —el castaño asintió para salir del auto, girando a ver a su padre cuando este le llamó —Hijo. Saluda a Elsa de mi parte. Dile que espero salga pronto.

—Lo haré, pa. —asintió con una sonrisa, cerró la puerta del auto y avanzó al interior del hospital con una sonrisa, Estoico esperó a verlo dentro para avanzar a su siguiente destino

El hecho de que su padre lo apoyara en su relación con Elsa le alegraba mucho, se sentía realmente bien al saber que no estaba enojado o disgustado con él por eso. Otra cosa que lo mantenía realmente feliz, era el hecho de que su amada rubia estaba bien.

No le importaba si debía disculparse con el director del hospital o si debía usar todos sus ahorros para tratar de convencerlo de dejarlo permanecer a su lado. Ahora solo tenía un problema, no sabía a donde ir.

—Buenos días, ¿puedo ayudarte con algo? —le preguntó una enfermera al verlo perdido

—Buenos días, gracias. Estoy buscando al director del hospital, ¿sabe si ya llegó? —le preguntó con calma

—Oh, si.. ¿Eres el jóven Abadejo? —le preguntó con calma —Llegó hace unos minutos, dijo que esperaba tu visita. —le señaló el pasillo —Ven, te guío. —el castaño asintió con la cabeza, sin entender porqué lo estaban esperando

—¿Sabía que venía? —preguntó en bajo mientras avanzaba detrás de ella

—Si. Al parecer uno de los enfermeros le dijo que vendrías. —asintió la enfermera con la cabeza —Es un joven rubio, me parece que se llama Santiago o algo asi. Es nuevo, no estoy segura si es su nombre. —explicó apenada

—Oh, claro.. Es primo de mi novia, que está aquí internada. —sonrió

—¿La señorita Elsa? —le preguntó con curiosidad, el castaño asintió con la cabeza —Es una chica muy amable, seguro te dejarán entrar a verla. Tiene un trato especial aquí.

—¿Puedo preguntar la razón? —la observó, de igual manera, con curiosidad

—Será mejor si él te lo explica. —señaló la puerta a su lado, donde estaba una pequeña placa dorada con "Dr. Milori" grabado en letras finas de color negro

El castaño asintió con la cabeza y se acercó a tocar la puerta con suavidad, esperando unos segundos antes de escuchar un "pase". Suspiró nervioso y entró con calma, listo para lo que pudiera pasar. La enfermera sonrió y volvió a su trabajo una vez el castaño estaba por completo dentro.

 La enfermera sonrió y volvió a su trabajo una vez el castaño estaba por completo dentro

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