One Shots ⸺ Riverducción

Summertime Sadness

Summertime Sadness - Lana Del Rey

Félix se encontraba regresando del trabajo mientras dejaba el pequeño maletín a su costado, cuando escuchó unos pequeños pasos llegar apresuradamente hacía él.

—¡Papá!— Habló la pequeña acercándose con los brazos abiertos para recibirlo.

—¡Hola!— Alzó a la pequeña mientras depositaba un corto beso en su mejilla—. Te extrañé mi vida.

Odiaba realmente no pasar el tiempo que debería con ella, pero la larga jornada de trabajo en el hospital se lo impedía bastante.

—No quiso dormir hasta que usted llegara— La voz suave se hizo presente en el corredor.

—No hay problema. Gracias por cuidar a Abril, Samantha— Sonrió al verla llegar.

Samantha Rivera era la niñera de la pequeña hija de Félix, sin problema alguno ella cuidada desde muy temprano a la pequeña con gusto, teniendo una buena relación con la misma. Ella residía con ellos por el horario de su trabajo establecido, Samantha iba y venía con la pequeña desde muy temprano por lo que el cariño entre ambas era bastante.

La madre de Abril la había abandonado apenas nació, dejándola a cargo totalmente de Félix, el cual no lo pensó más de dos veces para darle un buen futuro a su hija. Al pasar del tiempo pensó que no podría dejar a la niña en manos de cualquier persona por mucho tiempo, por lo que tenía que ser alguien de confianza. Recordó con exactitud las palabras de su amigo Oscar, el cual le habló sobre su hermana menor que buscaba un trabajo en ese entonces, rápidamente ganándose su confianza consiguió aquel trabajo que pensó que solamente sería momentáneo, pero el cariño la había hecho quedarse por más tiempo.

Samantha a sus veintiún años había ingresado a la universidad en línea por medio de su hermano mayor, tomando sus clases cada que podía por el tiempo necesario. Apenas su labor de trabajo terminaba, ella se sumergía en su habitación para concluir las tareas pendientes.

Miró el reloj a su costado.

Las 2:40 am.

Talló un poco sus ojos por el cansancio mientras se levantaba de su asiento para salir por un poco de agua a la cocina, bajando las escaleras con lentitud al imaginar que se encontraría sola en aquel momento, pero lo que consiguió fue chocar repentinamente con su jefe.

—¡Perdón!— Habló con rapidez al separarse. Quedando un poco tensa por la vista que tenía en aquel momento, la mirada de Samantha vagó tímidamente sobre el torso desnudo que tenía enfrente de ella, ruborizándose al presenciar que él lo había notado.

—No te apures— Respondió divertido al ver la expresión de la rubia.

Siguió su camino hacía la cocina para tomar uno de los vasos de una de las puertas, sin sentir que él la había seguido hasta ella.

—¿Cómo vas con tus clases?— Preguntó causándole un leve brinco.

—Hmm, bastante bien... Acabo de terminar los exámenes, me fue bien— Sonrió tímidamente mientras mantenía su mirada con la de él—. ¿Y en su trabajo?

—Un poco cansado, han sido días bastante pesados.

Aún detrás de la tenue luz que embriagaba el comedor directo hacía la cocina, podía notar que aquellos ojos miel brillaban con intensidad. Samantha era realmente atractiva a su parecer.

La conversación fue un poco rápida al ser un poco tarde, ambos se despidieron del otro para dirigirse a sus habitaciones.

Samantha suspiró entrecortada al cerrar la puerta, la tensión que había ocurrido anteriormente la había dejado un poco acalorada con el pasar del tiempo.