Mommy.(Drarry./.Omegaverse.)

Capítulo 3: Adaptarse

Harry subía los escalones con las piernas temblando y el corazón en la boca. Iba hacia la casa de Draco.

¡Había recibido una llamada de él!

Pensó que iba a morir de la emoción, aún sigue vivo, pero no por mucho o eso creé, era domingo, él solo brillaba en lo más alto, resplandeciente.

Se supone que era su día libre, y la guardería ese día cerraba temprano, Draco le había pedido el mismo, por el celular, que fuera a su hogar y cuidara de su hijo.

Se suponía también, que Draco pasaba los domingos con su pequeña, pero había recibido una llamada para algo importante en la empresa que trabajaba. Por eso tenía que salir y no podía dejar a su cachorro solo.

Estaba halagado, pues que fuera la primera persona en ser llamada por el rubio para que cuidara de su pequeño mostraba que confiaba en él, Draco le había dicho que le iba a recompensar después.

Decir que no estaba algo ansioso por eso sería mentira.

Ahora estaba al frente de la casa, tragó saliva fuertemente, con su mano temblorosa tocó el timbre. Esperó unos segundos antes de que la puerta se abriera, era Draco y tenía su traje a medio arreglar.

—¡Potty, me alegra que llegarás tan rápido!- el alfa le dejó espacio para que pudiera entrar.

Cuando lo hizo, el aroma a menta lo golpeó en la cara fuertemente, todo el sitio olía a él, era su territorio y entendía que lo hiciera, también había un ligero aroma a cachorro en el aire, el lugar era espacioso y ordenando.

Draco era un padre responsable y lo sabía, miró como el rubio acomodaba su corbata y se ponía su chaqueta, de verdad esa junta debía ser importante, pues ese traje negro de marca no era para solo una reunión con amigos.

—Scorpius está arriba durmiendo su siesta en el segundo cuarto por el pasillo, también es mi cuarto pero eso no importa, hay papilla en la nevera y unos biberones ya arreglados, cualquier cosa me llamas.- Draco terminaba de arreglar su traje mientras hablaba, recogió sus llaves y salió por el pasillo hacia la puerta, Harry miró un maletín sobre una silla, lo tomó y fue tras él.

—¿Ésto no es importante?- Draco se estaba arreglando los zapatos en la entrada, volteó para verlo y le sonrió.

—Si, gracias potty.- esperó a que estuviera de pie para poder darle el maletín. Draco lo tomó pero también, pasó una mano atrás de su cuello y lo atrajo hacia él para darle un beso en la frente.- vuelvo a las nueve, lo prometo.

El rubio salió, dejándolo allí en el pasillo con su rostro rojo y su corazón latiendo fuerte en su pecho, la misma sensación cálida de antes se instalo en su estómago.

Volvió despacio por el pasillo, caminó hasta donde estaba el pequeño Scorpius, abrió la puerta despacio, casi cae al suelo, el aroma del alfa era mucho más fuerte allí.

—Oh joder.- jadeó, por suerte Scorpius dormía tranquilo y no lo vería tan vulnerable, caminó hasta la cama y tomó una de las almohadas para pegarle a su rostro.- es tan bueno.~

Momentos después se dió cuenta de lo que hacía, sacudió su cabeza y dejó la almohada en su lugar, fue hasta la cuna en dónde dormía el pequeño, era adorable  ver como se chupaba un dedito mientras estaba entre sueños.

—Cachorrito lindo.- acarició su cabello con cariño, Scorpius arrugó su pequeña nariz y fue abriendo los ojos poco a poco, fijó sus ojitos grises en él.— perdón por despertarte, si quieres puedes seguir durmiendo.

Susurró, pero el pequeño tenía otros planes, ahora estaba completamente despierta y sentada en su cuna, estirando sus bracitos hacia él.

—¡Ba-ba!- exclamó con una sonrisa y el pecoso sabía lo que quería, la cargó poniéndola sobre su hombro, Scorpius acercó su rostro a su cuello aspirando su aroma.