Dejando el pasado atrás (Ataru X Lum)

Capítulo 13: "Bye bye"

Un día entero fue lo que Ataru estuvo fuera de casa, pues el chico se la paso cuidando la tumba de la chica a la que amo con locura y que fue la primera chica de su corazón, chica la cual se había colocado un lugar muy especial en el corazón del chico sin que esté se diera cuenta, y ahora solo quedaba un vacío que lo carcomía y se había llenado de un profundo dolor y sobre todo culpa, por qué si bien el amor que el Ataru compartió con Aruna fue muy especial y lindo, nunca avanzo y paso de ser un amor descontrolado e inmaduro de adolecentes, un amor que ninguno podia comprender, entre besos llenos de pasión y deseo también había abrazos llenos de cariño y ternura, pero nunca pudieron conocer otro lado de ellos mismos, sus sueños, sus metas, sus miedos, era como si prefirieran olvidarse de todo lo malo, no querían preocuparse de lo que les depararía el futuro de manera individual, solo querían estar juntos y vivir felices como si de un cuento de hadas se tratase, algo normal, pues a su edad aún no pueden comprender del todo lo que es el amor, y tienen que equivocarse para poder seguir adelante, lastimosamente para ellos, ese miedo, esa ausencia de confianza mutua ocasionó que fuera más dolorosa la partida de la chica, la cual ya había sido avisada con anterioridad sobre su delicada situación.

Aruna deseaba ser una bailarina profesional, y ansiaba poder compartir con el mundo lo hermosa que era tal actividad, quería abrir su propia escuela de baile, pero para su desgracia sufría de una confusión muy delicada, su cuerpo era notablemente más débil a de una persona normal, podía llegar a tener ataques de asma, fuertes jaquecas, incluso náuseas en algunas ocasiones, y está confision podía empeorar con el tiempo, el que la chica presionará a niveles extremos su propia resistencia causó que su enfermedad avanzada de forma abismal, la pobre chica peliroja solo ansiaba poder tener una vida normal, puede que halla sido parte de la locura y la irresponsabilidad de la emoción juvenil, la sensación de creer que nada pasara, que todo saldrá bien y las acciones no tendrán consecuencias, pero las tienen, y en este caso fueron muy graves, y fue ahí cuando todo se derrumbó, cuando la chica tuvo que ser internada y vigilada constantemente, teniendo que permanecer en cama, pues sus músculos y huesos ya no podían mantenerla en pie, necesitaba de un aparato que la ayudara a respirar por qué por si misma esto ya era un gran esfuerzo, el despedirse de una vida normal, del poder caminar junto a sus amigos y compañeros, el ya no ser capas de bailar nuevamente y no saber cuándo sería el momento exacto en el si corazón se rindiera y su cuerpo dejara de reaccionar, generaron un miedo horrible en la chica, al punto que había noches enteras en las que se la pasaba sollozando, pero junto con el sufrimiento y el dolor, también vino la reflexión, el darse cuenta que ella misma había sido en parte culpable de haber emperador de tal manera su estado de salud, pero no sé arrepentía,  sabía bien que podría morir pronto, pero incluso si no se esforzaba tanto como lo hizo había pocas chances de que su condición llegará a curarse, así que no sé arrepentía de averse divertido, el único pesar que tenía en su corazón es de no haber estado más tiempo con Ataru, de poder aprender de el y que el aprendiera de ella, el no haber podido compartir con el sus sueños, el no haber llegado a una conexión más profunda, el nunca poder haber dicho de manera sincera que amaba cada aspecto de el joven castaño por qué ni siquiera sentía que lo conocía por completo, y este mismo remordimiento es el que cargaba el pobre muchacho todos los días después de su muerte, pero lo que más pesaba el que al contrario de Aruna, Ataru jamás pudo decirle que la amaba, aún si no la conoció por completo, el amo su compañía, su risa, su voz, la forma en la que la chica bailaba las veces que pudo presenciarla, y amo cada momento a su lado, la amo tanto que ahora se sentía incapaz de amar a alguien más, pues el chico seguía negándose a aceptar la partida de aquella chica peliroja.

Si estuviera en las posibilidades de Ataru el chico se habría quedado frente a la tumba de la chica todo el día y toda la noche, pero bajo las insistencia de su padre se resigno a buscar un lugar donde dormir que estuviera cerca de ese sitio para poder sentir que aún estaba cerca, su padre sabía lo mucho que la chica le importaba, así que no lo forzaría a irse tan rápido, pero tampoco podría permitirle a su hijo el despreocuparse de su propio bienestar.