Kim Taehyung acaba de abrir su florería enfrente del famoso gimnasio Left and Right, en donde entrena el actual campeón del peso mediano, Jeon Jungkook.
Sus vidas son completamente opuestas, y no tendrían que haberse relacionado; pero el destino tie...
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Siente la suavidad entre sus dedos; toca con delicadeza y dedicación. Queriendo que la caricia llegue hasta lo más profundo de su alma.
Le encanta. Toda la sensación lo hace extasiarse.
Cierra sus ojos, porque necesita que sus otros sentidos absorban todo lo de él.
Quiere sentir cada parte de él.
El olor. Dios, ese olor.
Nunca en su vida había tenido el placer de oler un aroma tan delicioso. Arándanos y jazmines, jamás pensó que ambos olores le causarían tanto.
Traga con dificultad, porque puede sentir hasta en su saliva el sabor de la fruta y la flor. Todo su cuerpo reacciona con el toque, pero no es suficiente. Quiere tocar más, quiere hundir su nariz en la fuente del olor y lamerla.
Su boca necesita probarlo.
Con solo pensarlo, su respiración se acelera. Tiene que separar los labios, los siente resecos y sabe muy bien, que de lo único que lo puede hidratar es lo que el omega quiera ofrecerle.
Él tomaría lo que sea que el omega le ofrezca. Todo lo recibiría con gusto, pero hay algo en específico que anhela más. Y sus mejillas se sonrojan hasta sentir el rostro caliente. Él se siente caliente.
Expulsa sus feromonas para atraer al que su lobo quiere reclamar, llenando todo el espacio de su olor.
—Taehyung.
Oh, la voz. Su voz es tan suave, tan melódica que quiere escucharlo cantar para toda la vida. Sus palabras salen de su boca tan firme, llena de autoridad, pero tan dulce que se siente hipnotizado.
Él haría lo que fuera que esa voz le pidiera.
—¡Kim Taehyung!
Y su rostro. Es el omega más bonito que ha conocido. Quiere poner sus manos en sus mejillas y contemplar la galaxia en esos ojos para toda la vida.
Sus labios. Tan esponjosos y listos para tomar lo que el alfa le ofrezca. Él quiere ofrecerle todo lo suyo.
—¡Maldición, Tae! Deja de expulsar tus malditas feromonas y regresa a la realidad.
La voz de su mejor amigo lo saca de su ensoñación. Abre los ojos y voltea a ver a un Jimin furioso y un Hoseok con una sonrisa.
Si sus mejillas antes estaban calientes, ahora están explotando. Siente que toda la sangre se le acumula en su rostro, avergonzado por soltar feromonas de excitación en plena mañana, con sus amigos presentes y en su nuevo local.
Sacude la cabeza para terminar de volver a la realidad, ni siquiera sabe en qué momento, su mente comenzó a dirigirse hacia otro lado. Hacia alguien.
Un momento estaba sacando las rosas para acomodarlas en el recibidor y al siguiente estaba tocando otro tipo de flor. Una que prefiere más, tiene que admitir.
