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El sonido de la puerta al cerrarse había hecho eco en todo el departamento, indicando que alguien había salido. Aquello había dado luz verde a Kevin para salir, quien en un momento de hambre, había pensado que el alfa ojiverde se habia ido y por fin podría ir a la cocina por su merienda que había dejado a medio hacer, pero grande fue su sorpresa al salir de su habitación y ver al alfa ojiverde salir de la puerta frente suyo.

—Vos sos Kevin, ¿verdad? —preguntó el alfa rompiendo el silencio en el lugar.

—Ah... Yo, si. Tu eres Paulo, ¿no? —balbuceo, a lo que el argentino asintió un poco apenado—. Es un gusto. —sonrió Kevin y le extendió la mano en un intento de saludo, el cual fue correspondido por Dybala.

Ambos mentirian si dijeran que aquel saludo había sido como cualquier otro, ambos habían sentido una extraña conexión al estrechar sus manos, una que seguramente sabían que decía, pero se negaron a aceptarlo y soltaron sus manos en un santiamén.

—Pensé que te habías ido. —rió levemente el menor.

—De hecho voy a quedarme, espero no causar ningún quilombo entre Julián y vos. —lo miro un poco avergonzado y Kevin solo negó.

—No te preocupes, entre el y yo no hay nada... —dijo un tanto dolido—. ¿Tienes hambre? Iba a la cocina por algo de comer, no se si gustes.—cambió el tema de forma drástica, cosa que Paulo notó, pero prefiero dejar de lado.

_Un poco, ¿te puedo acompañar? —Kevin asintió emocionado, sería la primera vez después de un mes que comería acompañado.

—¿Cómo estás? —preguntó Julián al omega frente a él, adentrándose a la casa de este

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—¿Cómo estás? —preguntó Julián al omega frente a él, adentrándose a la casa de este.

—Bien, ¿y tu? —dijo el noruego caminando detrás de él.

—Bien, con algo de hambre. —Erling rió.

—Me imagino, pero no te preocupes por eso, ya tengo todo listo. Tu siéntate y yo te sirvo. —dijo y se adentró a la cocina con rapidez.

—Dejame ayudarte con la mesa. —le siguió un tanto divertido.

—Tu sientate, yo me encargó de todo.

—Pero ya hiciste la comida, dejame ayudarte a servir y llevar todo a la mesa. —insistió el castaño.

Haaland se negó al menos unas 3 veces más, hasta que el argentino terminó por convencerlo, así poniéndose ambos a servir y acomodar la mesa.

—Dime Erling, ¿por qué no querías que te llevara a un restaurante a cenar? —preguntó el alfa mientras cortaba el filete en su plato.

—Porque no ibamos a estar cómodos y mucho menos ibamos a tener privacidad. Y yo quería hablar bien contigo, conocernos más. —sonrió mirando de forma penetrante al alfa.

Desde que el omega había entrado al City, ambos habían desarrollado una gran tensión, pero ninguno daba el primer paso. Haaland por miedo al rechazo y volver su amistad incómoda y Julián porque tenía pareja, pero eso había acabado. El alfa había terminado con el alfa azabache y con el camino completamente libre, se dio a la tarea de "cortejar" al noruego.

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⏰ Last updated: Feb 02 ⏰

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