La sonrisa que forma Hazel ahora se lleva el puesto número uno en mi lista personal de las sonrisas más bonitas que me a dedicado. Creo que lo he dicho mucho, y podría repetirlo todas las veces que sean necesarias, pero es que de verdad todas y cada una de sus sonrisas tienen un puesto uno para mí.
Antes de tocar la puerta, me dió un rápido pero fuerte abrazo de oso, uno que me sacó una corta risa, luego me dió un casto beso.
—Eres el mejor —murmura aún cerca de mi rostro antes de volver a besarme, un beso que duró más que el anterior.
En cuanto pusimos distancia, estábamos sonriendo como dos idiotas. No tengo idea de por qué Hazel está sonriendo, pero yo lo hago por ella, por lo increíblemente bien que se siente estar de esta forma con ella, ser más que amigos, ser más que compañeros de facultad. Es absurdo lo bien que me siento al estar conciente de que ella es mi novia y de qué yo soy su novio.
Si hubiera sabido que iba a ser así de genial, le habría pedido salir desde hace mucho tiempo atrás.
Después de ese bonito instante, Hazel inspira a pleno pulmón y toca la puerta.
Extrañamente, yo no me siento nervioso.
Algo raro, porque, es decir, ¡Estoy a punto de conocer a sus padres! A mis suegros, se supone que debo de estar muerto de nervios.
Pero no, solo estoy ansioso de ello.
Escuchamos unos pasos adentro y segundos después la puerta fue abierta, mostrando a una mujer de la estatura de Hazel, (centímetros más baja que yo) cabello rizado color caoba que lo tiene en una coleta a lo alto de su cabeza, piel ligeramente morena, ojos de un color similar a los míos: como un tono caramelo, casi tirando al miel. Tiene una gran sonrisa contagiosa he iba vestida con unos vaqueros desgastados, unas zapatillas deportivas y camiseta panadera que irónicamente tiene manchones de harina.
Abre los brazos, una clara señal de que se viene un gran abrazo de mamá oso, y exclamó yendo hacia la chica a mi lado:
—¡Hazelbaby!
De inmediato sentí las enormes ganas de soltar una fuerte carcajada.
Muerdo mis labios con fuerza, reteniendo con mucho esfuerzo la risa, aún así se me salen ronquidos que disimulo aclarandome la garganta. Está empezando a dolerme el estómago y la mandíbula.
Hazel respondió gustosa el abrazo, aunque podía ver que el apodo le había causado un poco de vergüenza.
—Hola, Eleanor —saluda, separándose poco después.
Eleanor tiene las manos sobre los hombros de Hazel, aún lleva esa sonrisa contagiosa.
—¡Feliz cumpleaños, Haz! —exclama, acariciando su cabeza—. Oh, estás tan hermosa, cielo.
Ella le sonríe.
—Gracias, Ele.
Dejó de ver a «Hazelbaby» para mirarme a mí, le sonreí de labios cerrados.
—Y tú eres el muy famoso Aidan —dijo—. Liz y Laurence están emocionados de conocerte.
Arqueo ambas cejas, sorprendido. Eso no me lo esperaba, y tal parece que mi novia tampoco, porque ambos preguntamos al mismo tiempo:
—¿En serio?
Eleanor asintió.
—Así es, chicos —afirma y yo aún no me lo creo. No todos los días tus suegros se emocionan de conocerte—. Hazel, sabes cómo son tus padres, siempre querrán que seas feliz. Y si eres feliz con este chico, ellos también lo serán.
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Solo Me Importas Tú [Loved #2] ✅
Teen Fiction•° C O M P L E T A °• Enamorarse no estaba en los planes de Aidan López. Ni de coña, amigos. ¿Estar en una relación? Ni siquiera lo pensaba. Eran cosas que no quería, que no deseaba y que mucho menos necesitaba. Ya había aprendido la lección: en el...