Han Jisung anhelaba que el final llegara.
Lee Minho disfrutaba cada día que pasaba.
Ninguno creyó que sus caminos se cruzarían, sin embargo, todo estaba planeado, el destino era sabio y aquel encuentro en aquella azotea había sido predestinado.
Prim...
Jisung observaba atentamente el rostro del menor quien acostado en el sofá reposaba su cabeza en su regazo, observaba lo que la poca iluminación de la televisión le permitía.
Observaba lo perfecta que se veía su nariz en todos los ángulos, observaba sus ojos y el cómo sus largas pestañas revoloteaban cuando parpadeaba, observaba sus labios, los cuales poseían un color rojizo natural la mayoría del tiempo, observó sus mejillas esponjosas y, sin poder evitarlo acarició una con la yema de su dedo, llamando la atención del chico rápidamente.
—¿Pasa algo? —Pregunto en un susurró.
Jisung negó sin apartar su mano de la esponjosa mejilla.
—Solo... Tienes cachetes suaves.
—¿Sí? —Pregunto bajo, sus mejillas sonrojándose un poco al notar la intensa mirada de Jisung.
El castaño juraría haber sentido como la mejilla del menor se calentaba bajo su tacto.
—Si... Son muy suaves, te hacen desear seguir acariciándolas sin detenerte.... —Murmuro acercándose un poco al rostro del menor, sin tomarle importancia a la molestia de su espalda por la posición.
—¿Qué están haciendo? —Se escuchó repentinamente, ambos jóvenes separándose con velocidad.
—Y-ya llegaron —Tartamudeo Minho observando a su padre y madre que venían con bolsas de compras.
—Sí, ya lo hicimos —Kangjoon miro a su hijo y luego a Jisung —¿Qué es lo que hacían?
—Veíamos una película —Dijo el pelirrojo y se levantó del sofá —Deben estar cansados, déjenme ayudarlos —Sonrió levemente y se acercó a su padre tomando la bolsa que él tenía en las manos.
Jisung imito la acción del menor tomando las bolsas que tenía Sana, quien lo observa con una sonrisa divertida al ver las mejillas de ambos chicos sonrojadas, Jisung decidió ignorar los gestos de Sana.
Cuándo los chicos estuvieron en la cocina y se empezaron a escuchar las alacenas ser abiertas y cerradas, Lee Kangjoon observó a su esposa con los brazos cruzados sobre su pecho.
—¿Viste lo sé yo vi? —Pregunto algo bajo, sin querer que los menores lo escucharán —Lo viste ¿verdad?
—¿De qué hablas? —Cuestiono haciéndose la que no entendió.
—¡A Jisung y Minho! —Grito en un susurró —Los encontré como a Seungmin y Jeongin hace dos años y medio ¡Y ellos ahora son novios!
Sana por su parte río, divertida ante las expresiones alteradas de su esposo.
—Cariño, relájate —Se acercó y envolvió su cuello con sus brazos, su esposo rápidamente tomo su cintura y permitió que le diera un pico en los labios —No te alteres, Sunggie y Minnie son solo mejores amigos.
—Ese mismo me dijiste de Jeongin y Seungmin hace dos años y medio —Refunfuño haciendo a su esposa reír más —Deja de reírte amor —Se quejó.
—Es que estás siendo muy paranoico y dramático, cariño —Lo tomo de las mejillas y sonrió —Sean lo que sean, no debes de preocuparte ¿Sí? Ambos sabemos que Jisung es un buen chico, una buena persona.
—Lo sé, pero Minho-
—Minho ya no es un niño, así que basta de dramas y piensa en otra cosa o mejor pide algo para cenar ¿De acuerdo?
—Bien —Suspiro y se separó de su esposa.
Sana lo observó un momento y luego a los chicos que salían de la cocina platicando de algo que los hacía reírse.
Es una buena persona.Se dijo a si misma al observar la sonrisa que tenía su hijo y el como el mayorlo observaba con una mirada que parecía llena de estrellas por como brillaba,una mirada de estrellas.
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Padre e hijo tenían que ser Kangjoon y Minhito, no miran lo evidente
