IV. 𝒕𝒉𝒆 𝒔𝒖𝒏 𝒂𝒏𝒅 𝒕𝒉𝒆 𝒎𝒐𝒐𝒏

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꒰✿ CAPITULO CUATRO ✿꒱120 D

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꒰✿ CAPITULO CUATRO ✿꒱
120 D.C
EL SOL Y LA LUNA

C❝EL SOL Y LA LUNA❞

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AEGON

Desde que su media hermana se había ido de la capital con su familia, Aegon no podía negar que la tranquilidad se sintió en la fortaleza roja. Su madre parecía más feliz, hasta solía ser amable con él, bueno hasta que no hiciera alguna estupidez que la molestara en demasía. Aunque, el príncipe debía admitir que extrañaba a sus sobrinos solo un poco, pues, Jace y Luke eran prácticamente sus subordinados. Todo lo que les decía o pedía que hagan lo solían acatar sin mayor problema. Aunque, debía admitir que lo que odiaba más de esta situación, era que sus planes fueron arruinados.

Su maldito compromiso fue anunciado a la corte y no pudo hacer nada para evitarlo, simplemente tuvo que seguir el juego de su madre, aun cuando prefería fingir demencia e ignorar la existencia de su hermana menor lo que más que pudiera, porque llegaría el inevitable día donde serian unidos en matrimonio y suponía que ya no podría hacerlo. De solo pensarlo le daba asco, jamás tocaría a Helaena de forma sexual, prefería mil veces tener una puta a su servicio y engendrar tantos bastardos como pueda, solo para castigar a su madre de alguna forma por lo que hizo y de provecho a su padre, por no ser firme con sus elecciones por una maldita vez.

Aegon creía que su padre se merecía todo lo que le estaba pasando, porque desde que Rhaenyra se fue con su familia, el rey se notaba notoriamente más apagado, incluso había escuchado de la servidumbre que solía llorar en sus aposentos en la noche. Al príncipe no le daba pena esa situación, le alegraba que su padre también se sintiera como él. Porque jamás lo diría en voz alta, pero muchas veces deseo la atención del rey sobre él, que lo mirara con ese cariño, que le dijera que estaba orgulloso de que sea su hijo, pero ya no era ciego, sabía que nunca recibiría el amor que Viserys le profesaba a Rhaenyra. Por eso, si en algún momento se comportó como un buen príncipe para llamar su atención, para ese punto ese propósito había quedado completamente en el pasado.

El príncipe recorría la fortaleza roja con aburrimiento, resoplando al ver como lo saludaban alguno de los lords que pasaban por el lugar, simplemente unos lame botas que buscaban cualquier provecho de su título de príncipe, Aegon solo quería reírse en sus caras por creer que podrían conseguir algo de él, pero de todas formas se aprovechaba de la situación tanto como podía. No había mal que por bien no venga o algo así escucho una vez.

𝐢𝐥𝐥𝐢𝐜𝐢𝐭 𝐚𝐟𝐟𝐚𝐢𝐫  ; aegon ii targaryenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora