...No siempre poder ayudar a todos

483 63 8
                                    

Quackity, su mejor amigo, había regresado a la ciudad después de estar en un internado por órdenes de su papá, no lo había visto aún, pero sabía por fuentes cercanas (su hermana Rivers) que este se había vuelto más serio de lo normal y se veía muy apagado. Tenía ganas de ir a verlo, e iba a hacerlo

–¿Crees que será lo mismo?– preguntó por quinta vez a su novio, ambos estaban acostados en la cama del mayor

–¿Por qué no lo sería?, digo, es tu amigo–.

–Es que hace mucho no nos vemos–.

Cellbit le dirigió algunas palabras para tranquilizarlo, luego de muchos ánimos, Roier se despidió de su novio y fue directo al punto de encuentro con su amigo.

Cuando llegó al lugar, lo vió a lo lejos y realmente parecía otro, el joven que vestía colores llamativos y siempre tenía una sonrisa en el rostro, ahora ya no existía, en su lugar, estaba alguien que vestía formal, estaba serio y tenía pronunciadas ojeras bajo los ojos, sin embargo cuando su vista lo enfocó, le dio la sonrisa que recordaba.

–¡Mi buen Roier!– saludó enérgico, dando un pequeño abrazo al otro acompañado de una fuerte palmada –Hace tiempo no nos vemos amigo, ¿cómo haz estado?–.

–Pues no me quejo, por lo menos soy feliz y así– respondió Roier con toda la sinceridad del mundo

–Oh ya veo, ¿hay alguna chica por ahí?– Quackity subía y bajaba las cejas en forma pícara, Roier rió un poco

–Un chico de hecho, se llama Cellbit– el castaño vió con diversión como la expresión de su amigo pasó de sorpresa a una gran sonrisa

–A ver que día nos presentas formalmente, quiero conocer a quien hace tan feliz a mi buen Roier– le dijo, el castaño asintió de acuerdo a la idea de su amigo.

Dieron un corto paseo por el muelle en el que habían quedado de verse y siguieron platicando de diversas cosas, Roier aún seguía un poco preocupado por el aspecto de su amigo, sin embargo, lo dejó pasar, tal vez y solo se trataba del cansancio por el largo viaje que hizo. No le preguntó acerca de su padre sabía que ese era un tema delicado para él y no quería incomodarlo.

–He visto las fotos que haz tomado de Spider Man, ¿haz hablado con él alguna vez?– la pregunta de Quackity desconcertó por un momento a Roier, aún así, asintió a su pregunta

–Pues sí, digo, no somos amigos, pero he hablado un par de veces con él, puedo contactarlo cuando lo ocupe, ¿por qué?– ahora el castaño tenía curiosidad del porque su amigo lo necesitaba

–Estoy muriendo Roier, tengo el tiempo contado, yo no sabía la cantidad de experimentos que mi padre hizo conmigo– comenzó a explicar el pelinegro, su expresión tornándose sombría –He estado haciendo varias pruebas y la sangre de Spider Man me podría ayudar, necesito que lo contactes por mí–.

–Haré lo que pueda Quacks–.

Al llegar la noche, ambos se despidieron y acordaron hacer una pequeña reunión con todos sus amigos para celebrar el que había regresado. Roier fue hasta su casa como la gente normal, ahí su abuelo y su hermana lo esperaban para cenar, le mando mensaje a su gatinho para avisarle que había llegado con bien.

Cuando estaba a punto de irse a dormir, recordó que le debía una visita a su amigo, se puso el traje lo más rápido que pudo, tomó su máscara y salió por la ventana, se tomó su tiempo para recorrer la ciudad en busca del edificio donde el otro vivía, en el camino solo podía pensar en todos los riesgos que traeria darle su sangre a Quackity, estaba contaminada con radiación, solo lo empeoraría.

Cuando llegó al edificio, buscó el piso donde recordaba vivía el de gorro, tocó la ventana y segundo después un joven muy sorprendido y con una gran sonrisa le abrió y lo invitó a entrar

–Es más sorprendente verte de cerca, toma asiento por favor– pidió el más bajo, Roier hizo caso y se sentó a su lado, podía notar su sonrisa ansiosa, pero también algo que no había notado a profundidad antes, su cara demacrada, su aspecto pálido, la falta de brillo en sus ojos –¿Mi amigo Roier te habló de mi petición?–.

Se veía tan emocionado que Roier se estaba planteando muy seriamente lo que estaba próximo a decirle

–Verás amigo, lo que pides es muy peligroso– y ahí estaba lo que temía, la expresión del contrario decayó hasta formar una mueca de decepción –Mi sangre tiene altos niveles de radiación, en lugar de ayudarte seguro te perjudicaría aún más–.

Escuchó como Quackity susurraba varios "no" para sí mismo mientras se tomaba los costados de la cabeza, de un momento a otro, se levantó del sofá y gritó con furia tirando todo lo que estaba en la mesa del centro.

–¡Si logro hacerla compatible nada malo pasará, confía en mi, soy un genio de la genética!– gritaba desesperado, Roier mentiría si dijera que no le dolía ver a su amigo en aquel estado, pero debía hacer lo correcto.

–Me encantaría ayudarte, no sabes cuanto, pero en serio no hay mucho que yo pueda hacer, solo contaminaria más tu sangre, además, no somos compatibles, es muy peligroso–.

Quackity no se tomó muy bien esas palabras, lanzó el vaso con agua que tenía en las manos hacia la pared, gritando con furia

–¡Se supone que tu ayudas a la gente!– le gritó en la cara, su aliento olía un poco a alcohol –¡Eres una mierda!–.

Roier mentiría si dijera que las palabras dichas por su amigo no le dolían, calaban en lo profundo de su pecho, sus ojos escocian por las lágrimas retenidas

–No hay mucho que pueda hacer– susurró el castaño yendo hacia la ventana, estaba dispuesto a irse, no soportaba ver la imagen de su amigo así de desesperada

–Vas a dejarme morir Spider Man– dijo Quackity, después se sentó en el suelo, se abrazó a sí mismo y comenzó a llorar.

Roier no podía seguir aguantando la escena frente a él, salió por la ventana y fue al único lugar seguro que conocía, la casa de su novio, cuando llegó ya no hubo necesidad de tocar la ventana, Cellbit la dejaba abierta todas las noches.

Cuando entró, su novio estaba distraído en su PC, se quitó la máscara y se acercó a él, abrazándolo por los hombros, Cell dió un pequeño salto por el susto

–¡Ay pendejo me asustaste!– gritó Cellbit, pero al no escuchar la característica risa burlona de su novio, se preocupo, y se preocupo aún más al escucharlo sollozar

Se levantó rápidamente de su silla y rodeo al contrario con sus brazos, permitió que su novio se aferrara fuertemente a su torso y comenzara a llorar largo y tendido. Ambos se sentaron en la cama. Estando más tranquilo, Roier le contó la situación al otro

–Sí hubiera podido lo ayudaba gatinho, te lo juro– comenzó a decir el arácnido mientras lágrimas salían de sus ojos de nuevo –Es mi mejor amigo desde que somos niños, no quiero que muera por mi culpa–.

Cellbit acariciaba su cabello con gentileza y le susurraba –No es tu culpa guapito, ambos sabemos que si no fuera demasiado peligroso lo ayudarías, calma, no es tu culpa–.

Roier se abrazó nuevamente al cuerpo contrario, su cabeza recargada en el pecho de su novio oliendo su dulce perfume, solo así pudo calmarse, su gatinho era su lugar seguro, la unica persona que podia librarlo de los malos pensamientos, el que siempre estaría para él. Minutos después, ambos se quedaron dormidos, con Roier sobre el pecho de Cellbit, una frase se repetía en bucle, era la voz de Quackity la que la repetía "No siempre puedes salvar a todos Spidey".

Ser Spider Man significa...- GuapoduoWhere stories live. Discover now