-Era Prima -Capitulo 9 -Perach:

7 2 1
                                    

Perach siempre fue conocida por su astucia y ambición, con una mente aguda que siempre buscaba formas de avanzar en la vida. A pesar de amar a su abuelo y respetar su legado, siempre sintió un vacío en su corazón y anhelaba más poder y riqueza. Anhelaba dejar la isla, que se sentía más como una prisión para su espíritu libre que como su hogar. Se sentía capaz de hacer lo que fuera necesario para lograr sus objetivos, sin importar el costo para los demás. Su orgullo era evidente en sus palabras y acciones, nunca permitió que nadie la subestimara. Era decidida y valiente, dispuesta a enfrentar cualquier desafío que se le presentara en su camino hacia la cima.


Sin embargo, su arrogancia la llevó a arrodillarse ante Myca, cuando vio la oportunidad de avanzar y generar riqueza, pero sobre todo, vio la oportunidad de poder.


Pero cuando se encontró atrapada dentro de la Runa, el terror la invadió tras escuchar las palabras de Myca. Atrapada por esa barrera, miró hacia abajo y vio que la Runa comenzaba a brillar de forma deslumbrante. Inmediatamente sintió que el calor que irradiaba la Runa comenzaba a quemarla, se sentía estar en el mismo infierno. El dolor recorrió su cuerpo como mil agujas clavadas en ella al mismo tiempo. El calor quemó dentro de ella, y se preparó para partir de este mundo.


-¡Por favor, dragones sagrados, no quiero irme todavía!


De repente, el dolor comenzó a disminuir. Algo fue diferente después del ardor, el calor comenzó a disminuir. Empezó a sentir una energía diferente recorriendo su cuerpo. Sintió que sus músculos se tonificaban, se sentían más fuertes, como si los envolviera una capa del metal más resistente. Sintió que su piel se volvía más dura, como si estuviera hecha del diamante más fuerte. Era una fuerza desconocida pero poderosa que la inundó y la llenó de vida. Se sintió renacer de las cenizas como un fénix.


Cuando la luz deslumbrante se disipó, el corazón de toda la tribu se llenó de felicidad al verla parada allí, aunque de una manera diferente.


-¿Qué es este sentimiento? ¿Qué es este poder? -Se preguntó mientras observaba con cautela sus manos.


Perach comenzó a notar como todo a su alrededor se movía más lento, como si fuera capaz de percibir cada detalle a su alrededor. Podía ver, oír, sentir, oler, hasta el insecto más pequeño a su alrededor. Podía percibir sus sentidos agudizándose.


Perach se sentía diferente, con este nuevo poder que recorría su cuerpo, le daba una sensación de invencibilidad. Salió de la Runa a paso firme hacia su tribu, que la miraba desconcertada sin entender lo que ocurría. El ambiente era tan tenso que se podía cortar con un cuchillo. Los Fulmianos murmuraban y especulaban sobre su extraña actitud, el brillo verde en sus ojos, la malicia en su rostro y el mismo dibujo de la Runa que estaba plasmada en el suelo de donde salió, ahora también estaba dibujada en su hombro derecho.


-Parece que le han robado el alma. -Dijo una voz.


-Creo que está poseída. -Comentó otra.


Los murmullos cesaron cuando una voz fuerte cortó el bullicio.


-Ahora quiero que sean buenas ovejas y hagan lo que yo digo, de esta manera podremos cumplir las órdenes de mi nuevo amo y señor. -Dijo Perach con voz firme.


Pero una voz proveniente de la pequeña multitud interrumpió sus palabras.


-Jamás, crees que por ser nieta de Oeil de Chimère eres la líder inmediata, ni siquiera fuiste ratificada por él. -Dijo la voz seguida de gritos de aprobación.


-Aún creemos en las palabras de tu abuelo, preferimos morir como hombres libres que como esclavos de un ser despreciable como al que ahora pretendes rendirle devoción. -Dijo la misma voz, acompañada de más gritos de aprobación.

LA LEYENDA DE LOS GUERREROS: EL ORIGEN DE LA MAGIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora