~Capítulo 1

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7:30 am. El infernal sonido de la alarma que lleva sonando desde la siete de la mañana finalmente y como cada mañana acabó despertando a cierto castaño que se encontraba bastante despeinado y desaliñado en ese momento, bueno, era lo lógico. Tras algunos golpes y acabar en el suelo junto al despertador, este mismo detuvo ese sonido y el chico se levantó del suelo. Tenía mal sueño y mal despertar, era notorio, había veces que no dormía, otras tan solo un par de horas y más o menos en ese curso, desgraciadamente sus ojeras le delataban bastante pero nadie solía preguntarle acerca de ellas.

Quien sabe como pero en ese pequeño periodo le dio tiempo de vestirse y ponerse medianamente presentable frente al espejo del baño, no es como si le importasen demasiado sus pintas pero bueno, suponía que era lo mínimo a hacer, aún que nadie fuese a fijarse en él en lo más mínimo. Con el tiempo justo tomó su bolsa y caminó o más bien corrió hasta la escuela, en la cual las clases comenzaban a las ocho en punto. No desayunó, siempre acostumbraba a llevar dinero encima y ya si se daba la cosa compraría algo en la escuela a la hora del almuerzo, aún así había días que ni siquiera comía en toda la mañana, normalmente por falta de apetito o por que simplemente había días que la comida le sentaba mal en la mañana y prefería evitar tener dolores de estómago o similar.

El nuevo curso escolar había comenzado apenas unas semanas, en el cual no había nada nuevo y muchos menos nada interesante. Tan solo era el mismo lugar de mierda, con los mismos profesores aburridos y repetitivos, al igual con los compañeros, con la pequeña diferencia de que en cada nuevo curso los mezclaban un poco y no estaban exactamente los mismos, aún así, no era nada que destacar.

Logró llegar milagrosamente pocos minutos antes de que sonase la campana, lo cual fue un gran alivio. Se dirigió directamente a su salón de clases. Iba algo adormilado y disperso como siempre, se le juntaba el insomnio y las nulas ganas de estar en aquel lugar, al cual iba por obligación y nada más, tampoco prestaba atención a otros.

Al ingresar en su salón dio un rápido vistazo a su alrededor, observando que ya había algunas personas sentadas y otras en grupitos hablando, dicho vistazo duró bastante poco y simplemente se dirigió a su asiento. Este se sentaba en la última fila, en la esquina izquierda junto a la ventana que daba al patio y en la que perdía las clases, o al menos se quedaba embobado mirando hacía allí perdido en sus pensamientos hasta que algún profesor le llamaba la atención por andar distraído, cosa que raramente ocurría pues los profesores simplemente habían desistido con él. Era una persona con nulo interés en los estudios y mucho menos en prestar atención, aún así era inteligente y se la apañaba para no suspender, solía estudiar por su cuenta y rara vez solía tomar algunos apuntes.

A su derecha, en la mesa más cercana, se sentaba cierto pelirrojo enano y malhumorado con él que siempre había tenido una relación bastante complicada y bruta. Desde que tiene memoria, habían estado en la misma clase y no solo eso, casi siempre solían sentarse en sitios cercano, si eso era destino, era una verdadera mierda. Chuuya Nakahara, un omega complicado, borde y bastante agresivo y Dazai Osamu, un alfa tranquilo, depresivo y que amaba molestarle, sin duda, se podría decir que se odiaban desde que ambos se conocen, desde la primera vez que cruzaron miradas pero, la realidad es que ambos desconocen el verdadero origen o el por qué de ese odio tan grande y ¿mutuo? Así se supone que es. Miró de reojo al mencionado chico, de forma rápida para que no llegase a notar sus ojos sobre él, el menor (por meses) ya se encontraba allí, siempre llegaba temprano, antes de que tocase la campana. Era bastante responsable, estudioso y popular a diferencia de él. Se sentó en su lugar justamente a la par que el timbre sonó.

Minutos después, aquel amargado y aburrido profesor ingresó en la sala y se posiciono al principio de la clase junto a la pizarra, pasó lista y comenzó la monótona clase, lo de todos los días prácticamente.

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