"One murder made a villain, Millions a hero."
Cora Levine, una adolescente queriendo sentir algo y Theodore Nott, un adolescente queriendo buscar un lugar seguro, que no se soportaban el uno al otro...¿Podrán encontrar lo que quieren en el otro? ¿Po...
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"God, I have my father's eyes. But my sister's when I cry. I can run, but I can't hide. From my family line"
Family Line -Conan Gray
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19 de diciembre de 1989
Cora era una pequeña niña de apenas nueve años cuando conoció por primera vez a Theodore Nott. Esa niña inocente no sabía lo que ese chico iba a significar para ella en un futuro.
Dos niños pequeños se encontraban fuera de sus hogares ese mismo día. La tormenta había dejado las calles llenas de nieve y había teñido los campos de un color blanco brillante. Lorenzo y Cora se divertían lanzándose bolas de nieve entre ellos o montando grandes muñecos de nieve mientras sus narices se teñían de un color rojizo y de sus bocas salía humo helado cada vez que respiraban. Los niños amaban el invierno porque podían pasar todo el día juntos jugando con la nieve que caía cada día o saltando en los charcos de agua que las fuertes lluvias dejaban a su paso.
Lorenzo perseguía a Cora la cual corría sin cesar riendo disfrutando de su infancia y de la compañía de su amigo.
-¡Cora espérame!- gritaba su amigo jadeando detrás de ella. A Lorenzo le costaba seguir el ritmo de su amiga.
La niña corría en libertad por las calles vacías del hermoso Dorset, su tierra, su hogar. Cora se paro unos segundos para coger aliento. Miró hacia arriba para ver donde se encontraba. Vio un cartel sobre un gran arco, "Cementerio de Dorset". Cora solo había estado ahí una vez, en el funeral de su abuela, ya habían pasado unos años de eso pero ese lugar le parecía hermoso. Estaba lleno de plantas que brotaban de las rejas del lugar que en primavera dejaban ver hermosas flores que adornaban el lugar.
Lorenzo por fin alcanzó a su amigo y miró el sitio con pánico. El niño odiaba ese lugar y en general todos los lugares relacionados con la muerte pero él no lo veía al igual que Cora. Lorenzo negó con la cabeza al ver cómo su mejor amiga se adentraba en el lugar.
-No vamos a entrar ahí Cora- gritaba el niño a su amiga con seguridad. Quizá así La Niña entraría en razón y volvería con él.
Cora lo ignoró y siguió caminando mirando con una sonrisa todas las flores sobre las tumbas y las diferentes formas de estas. Lorenzo suspiró y la siguió segundos después. Cora sonrió al sentir a su amigo detrás de ella.
-No entiendo por qué no te gusta este sitio- Cora se adentraba con seguridad y felicidad en su rostro. Acariciaba con cuidado las hojas blancas que aún quedaban en un gran y anciano árbol. Lorenzo iba detrás de ella intentando no pensar en el lugar en el que se encontraban. Miraba al suelo timidez.
