Bandida | Jujutsu kaisen

Prólogo

Katsuki Yamada.

12 años

Técnica maldita: bandido. Sin información.

—Bandido?—pregunto el peliblanco con gracias a el hombre mayor frente a el— es una clase de malechora? Una rufián?

El hombre de apariencia robusta soltó las agujas con las que tejia uno de sus características muñecos y soltó un suspiro antes de ver a el peliblanco.

—Solo encárgate de buscarla.

El peliblanco no podía ocultar su curiosidad, ¿por qué razón lo mandaban a el?, el hechicero más fuerte a buscar a una niña, tenía cosas más importantes que hacer.

—¿Por que yo?.

—La niña está entrenada en artes marciales y no sabemos cómo funciona exactamente su técnica, pero sabemos que es peligrosa, no sé sabe cómo es que la sabe controlar o hasta que punto, pero el último Chamán que enviamos a buscarla nunca volvió— las palabras del director asombraron considerablemente a el peliblanco, eso explicaba por qué lo envían a el.

—Bien, mañana mismo iré por ella, pero que planean hacer? Digo me acabas de decir que es peligrosa y no se que otras cosa y un chaman muerto.

—No se sabe si está muerto.

—Si, si lo que sea— movió la mano restándole importancia— pero no creo que los altos mandos perdonen que un chaman haya desaparecido por su culpa.

—Es cierto, una vez la traigas será llevada a juicio por la desaparición del chaman, y si se descubre que representa un peligro y tuvo algo que ver con eso, será asesinada.

Las palabras del mayor lo dejaron impresionado, una niña de 12 años logrando matar a un chaman con muchos años más de entrenamiento y con control sobre la energía maldita, era muy poco probable, pero no imposible.

Al otro día el hombre peliblanco caminaba a la entrada de aquella casa, tenía un aspecto clásico japonés, y se veía bastante cuidada. No era para nada lo que imagino cuando supo que vivía sola, sin tutores.

Antes de que pudiera entrar a la casa sintió como algo volaba a gran velocidad hacia el, pero antes de que el objeto lo tocará se detuvo y cayó al suelo, por supuesto que tenía su infinito activado, siempre lo tenía activado.

Volteo buscando a la niña quien creyó era la responsable de el objeto que acaba de impactar contra su infinito, pero no la encontró por ninguno lugar, así que continuo su camino con normalidad hasta la puerta de la casa.

Tocó la puerta y está es abierta de forma automática, el peliblanco entro y miro a su alrededor, no había ni rastro de la niña, y todo parecía estar en orden, pero repentinamente logra apreciar un movimiento a su derecha.

Logra esquivar la patada que iba en su dirección, y volteo encontrándose con la una niña de cabello blanco con negro, ojos verdes esmeralda y alta.

—Oye, es de mala educación recibir a tus invitados así— le dice el peliblanco con finjida indignación a la niña.

—Usted no es mi invitado, y está invadiendo propiedad privada— la fría voz de la niña provocó una sonrisa en el mayor.

—vengo por un recado, así que te pido que colabores, no quiero tener que recurrir a la violencia con una niña.

La niña lo mira mal, no puede usar su habilidad debido a la venda que cubre los ojos del hombre, tendría que quitársela y así poder quitarle poder, no estaba segura de cuál sería, y no le importaba, solo quería quitarle esa ventaja.

Corrió hacia el hombre creyendo que tenía una ventaja por su falta de visión, pero estába equivocada, el hombre la atrapó en el aire y logro contenerla.

—lo lamento niña, pero tendrás que venir conmigo.

—No lo creo— con un movimiento rápido logro arrancar las vendas que cubrían los ojos del peliblanco, este la dejo hacerlo al creer que no tenía posibilidad, además, el tener su visión completa le otorgaba más ventaja a el.

Pero cuando sus ojos conectaron con los de la niña sintió como algo se desprendía de su pecho, era desgarrador, a tal punto que soltó a la niña y tuvo que sostenerse el estómago tratando de calmar el dolor.

—Qué me has hecho?— más que enfadado estaba impresionado, no podía creer que esto estaba pasando, una niña de 12 años lo estaba hiriendo.

—Lo lamento señor, pero será mejor que se vaya— trato de que su voz sonata firme, pero sentía como su energía se agotaba, no pensó en la posibilidad de que no pudiera contener el ritual del hombre. El cuál era demasiado fuerte, sentía como se desgarraba por dentro, y pronto sintió como un liquido espeso y tibio bajaba por sus oídos, llevo la mano a la zona y logro apreciar sangre.

El poder del ritual robado estaba teniendo efectos secundarios.

El peliblanco no podía estar más confundido, sus seis ojos no le daban respuestas a lo que ocurría frente a el, sabía que el infinito estaba desactivado, no podía sentirlo, y ahora entendía el nombre tan raro de su ritual, bandido, la niña podía robar las técnicas malditas de otros. Esa niña tenía demasiado potencial.

—veo que tú habilidad tiene limitaciones— se acercó a la niña para tratar de ayudarla, pero ella se alejo, el dolor de su pecho aún seguía ahí, pero logro soportarlo, quería ayudar a la niña y que le devolviera su poder, ella no podía soportarlo.

—Por favor váyase— logro articular la niña a duras penas.

El peliblanco pensó, si logro robar su poder luego de que tuvieran contacto visual, significaba que esa era la forma en que ella podía obtenerlo.

—solo quiero ayudar, te prometo que no dejaré que nada malo te pase— la niña comenzó a sollozar, el poder era demasiado para ella y sentía que su cabeza estaba por explotar, no podía más.

El peliblanco tomo las vendas que anteriormente cubrían sus ojos y se acerco a la niña, quien nisiquiera lo miro, estaba muy concentrada tratando de no desmayarse por el dolor.

El mayor cubre los ojos de la niña con la venda, y ella se asusta al perder la visión.

—Esto quizás te ayude, después de todo tu poder funciona a través de la mirada— la niña alzó la cabeza, no podía ver a el hombre pero por su tono pudo imaginar que sonreia.

Sintió como su corazón brincaba de felicidad, el quería ayudarla, era la primera vez desde que sus padres muerion que alguien se preocupaba por ella, dejo que el poder regresará a su dueño original, pero con eso perdió el poco de energía maldita que le quedaba y se desmayo.