☾ | Capítulo 30

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Pov

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Pov. Sébastien.

Ayuda.

Es lo último que escucho antes de que Eveline cuelgue, mi corazón late con fuerza, mi mente se llena de escenarios por los cuales ella debe de estar sufriendo en este momento, se escuchaba verdaderamente aterrada, necesito llegar a ella, no quiero fallarle, no como la última vez que casi abusan de mi dulzura, mi lobo intenta salir, pero logro contenerlo, tengo que pensar con la cabeza fría.

—Cálmate Sébastien, sé que es un momento lleno de tensión, dónde quieres hacer algo para llegar a tiempo, pero no lo vas a lograr si no mantienes tu cabeza fría.

—Algo malo le paso papá, lo siento aquí en el pecho.

Siento una opresión fuerte en el pecho que me dificulta respirar, sigo llamando a su celular, pero me manda al buzón, papá me dice que llame a Alem, así que eso hago, pero él tampoco me responde, me siento tan impotente, la impaciencia me está destruyendo por dentro, sé qué algo horrible le paso, lo escuché en su voz, el miedo se reflejó en esa palabra, mi chica está en peligro, asustada y necesitando ayuda.

Mi teléfono suena, mi corazón salta ilusionándose de que es Eveline, pero me desinflo cuando veo el remitente, respondo al instante esperando que Alem me diga que la encontró.

—¿Has visto Eveline?

Ni dejo que él hable cuando contesto su llamada.

—La dejé en la fiesta, dijo que su amiga la llevaría, cuando estaba casi llegando al pueblo, me devolví porque vi varias patrullas que se dirigían a la fiesta, Adhela me pidió que fuéramos a buscarla y que la obligáramos a venir con nosotros, pero no la encontré.

—¿No está con sus amigos?

—No lo sé, hay varios policías evacuando la mansión, hay muchos chicos borrados, Adhela está intentando llamarla, pero su teléfono está apagado y no tenemos el número de ninguno de sus amigos, ¿Tú sí?

—No.

Maldigo entre dientes, suelto un largo suspiro cuando me doy cuenta de que estamos en la carretera que nos lleva al pueblo, pero papá coge la otra calle que nos llevará a la mansión a las afueras del pueblo dónde celebran la dichosa fiesta.

—Estaremos allá en diez minutos, por favor trata de localizarla o a uno de sus amigos —la cabeza me va a explotar en cualquier momento, las manos me tiemblan y no sé qué hacer —. La policía llegó a la fiesta, sacaron a todos del lugar.

—Quizás por eso se asustó, ya verás que no pasó nada grave.

—No lo sé papá, algo dentro de mí me dice que ella está en peligro.

Desde aquí puedo ver las luces de las patrullas y algunos chicos caminando en grupo hacia la carretera, la ansiedad me gana, tanto que salto del auto, antes de que papá se estacione, olfateo el área para intentar encontrarla en medio de tantas personas, pero no percibo su aroma, me adentro pasando por encima de los policías que intentan cerrarme el paso a la mansión, todavía hay personas aquí adentro.

Dulce Luna ✓Where stories live. Discover now