O4: 𝘚𝘸𝘦𝘦𝘵 𝘴𝘵𝘢𝘳

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1 semana antes

Guillermo seguía nervioso como la primera vez pero no estaba arrepentido, se sentía algo tonto al estar esperando afuera de una primaria más sin embargo cuando salió esa pequeña su mundo de iluminó cómo si de una estrella frente a el estuviera.

- TÍO MEMOOOOOOO.

La pequeña Miah corrió rápido a dónde el mayor estaba para pedirle que le cargará.

Hace cinco meses se pudo comunicar por fin con la ex novia de su hermano y hablo de su deseo de que su sobrina por lo menos tuviera a un tío, después de casi ir a rogar a su hogar está acepto con la condición de que cuando conviviera con la menor no le hablara de su padre o abuelos que perdieron (o nunca tuvieron) la intención de buscarla.

En cierta parte lo hacían a escondidas del marido de la mujer, la veía tres veces al mes y lo ponía muy feliz ver cómo su pequeña estrella iba creciendo y podría verla no solo a través de fotos.

Miah apenas iba en primero de primaria, era un ser inocente que deseaba proteger.

Ya con la pequeña en brazos empezó a caminar cargando su mochila.

- ¿Que quieres comer? O vamos al parque, lo que tú quieras bonita.

- ¡Pizza tío, por favor!

- Perfecto, pizza será.

La llevo a su auto y la subió en el asiento de atrás abrochando el cinturón de seguridad, subió al asiento conductor y puso la música favorita de Miah lo cual eran las infantiles.

Pidieron pizza de peperoni y decidieron comerla ahí mismo agarrando una mesa para cuatro, uno de un extremo y el otro del opuesto.

La noto algo decaída y claro que se preocupo, su pequeña no solía estar mucho tiempo callada.

— ¿Miah paso algo?

— ¿Por qué no puedes venir a mi cumpleaños y por qué me dicen que tengo seis abuelos pero solo conozco cuatro?

Su cumpleaños sería el siguiente fin sin embargo como todas estas visitas eran a escondidas no podría ir a la fiesta de cumpleaños de Miah, la menor no sabía que tenía un papá irresponsable, el padrastro la trataba como suya lo cual era genial para Guillermo.

— Ay mi niña, lo lamento, el trabajo apenas me deja respirar pero te prometo que tu regalo lo enviaré por paquetería.

Si, tal vez exagero comprando una cocina de juguete con complementos pero si era para Miah nada era lo suficiente caro aunque cuando le aviso del regalo a su mamá hubo un mini regaño porque no sabía que le inventaría a su esposo.

— Okey... Oye tío ¿Tu crees que sea hija de mi papá?

El tono en que lo dijo le hizo querer llorar.

— ¿Por qué dices eso, Miah?

— Escuché a mis tías decir que no me parecía en nada a papá... Que otro hombre era mi papá pero no me quería y...

Las lágrimas se asomaron por sus ojitos, Guillermo estaba al borde de llorar también.

Era un angelito y odiaba a Rafael por no darse cuenta de ello y no intentar ser un padre presente, por eso estaba tan agradecido con el padrastro de Miah, por darle el cariño y amor que por más que quisiera no podía darle, no era lo mismo un tío a un padre.

— Tus tías están mal, tienes una nariz hermosa, ojos miel divinos, eres idéntica a tu mamá, deja que ellas hablen, tu papá siempre será tu papá sin importar lo que otros digan ¿Esta bien? No estés triste por favor.

Esta asintió y el tema quedó atrás.

La verdad si era idéntica a su mamá, al año de nacida de Miah tuvo que hacerle la prueba de paternidad porque Rafael y sus padres seguían diciendo que esa bebé no era del consentido pero los callaron en todo el sentido de la palabra, lo mejor, a distancia.

Cuando busco tener comunicación la madre de Miah se negó pensando que Guillermo sería como Rafael más sin embargo ahora puede decir que se equivocó, Memo era un gran tío y no solo eso, una gran persona que adoraba a los niños a más no poder, cuando sus tías lo mandaban a cuidar a sus primos pequeños no habían quejas de por medio ya que se entendía mejor con bebés que con gente de su edad o mayor, siempre fue así, de hecho cuando Benjamin nació y Javier aún era su amigo llegó a cuidarlo un par de veces.

Después de comer pizzas y ir al parque a jugar tuvo que ir a dejarla en su casa, después de un berrinche de Miah por no querer que su tío se fuera por fin accedió a qué lo vería en otra ocasión aunque hasta el último segundo le rogó que fuera a su fiesta de cumpleaños, si de el fuera iba sin caos más sin embargo tenía que respetar los limites que se le puso desde un inicio, nada de fiestas de Miah, ya hacía mucho dejándole verla.

Aunque sabía que las visitas estarían reducidas o pausadas por algún tiempo ya que Miah se iría de vacaciones con sus abuelos, padres de su padrastro, llegó a casa y como creyó ahí estaba su mamá quejándose con su amiga sobre una pensión que se pagaba.

Sus papás no sabían que tenía contacto con Miah y esperaba que se quedará así, esos señores eran difíciles de tolerar, sabía de los deseos de sus padres como decirle a Miah cuando tuvieran oportunidad sobre Rafael como su padre, nada más para joder a la mamá de Miah y dañar la estabilidad emocional de la menor.

Sus padres eran unos monstruos más sin embargo como la gente dice "el amor es ciego"

Mientras Lionel estaba cegado por Rafael, Guillermo estaba cegado con que sus padres eran buenas personas pero con carácter difícil.

Ese día se le hizo bastante feliz y durmió tranquilo después de mucho.

Tal vez en otro universo Rafael sería ese padre ejemplar que todo niño desearía

Tal vez y solo tal vez no se tenga que esperar a que sea otro universo.



Sweet Dreams | MechoaWhere stories live. Discover now