O5: Plan B

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Lionel miraba hacia la ventana de auto por el asiento de copiloto, todo estaba en silencio, vio como sus padres lanzaron sus cosas a la calle y con el poco orgullo que perdió recogió cada una, Guillermo guardo las cosas en la parte de atrás y comenzaron marcha a cualquier lugar, tenía todo después la mitad y ahora nada de lo que decía una vida perfecta, no sabía a dónde iría y si no fuera por Guillermo ahora estaría en la calle buscando que hacer, no tenía más familia más que su prima Antonela que vivía en otro país, no podía pedirle a Sergio que le diera espacio en su hogar porque no se sentiría cómodo siendo una carga para el como para Javier y Benja, tardaron mucho en acostumbrarse a ser solo tres como para que el llegara sin más.

Las lágrimas volvieron a atacar sus ojos, ni siquiera sabía a dónde lo llevaba Guillermo. Quería a Rafael con el, cuando estaba mal y su ahora ex novio le decía algo lindo aunque fuera mentira se sentía como la persona más afortunada pero ahora el mayor ni siquiera quería verlo. Pararon en casa de los Ochoa nuevamente, miro confundido a su amigo.

— Lionel, Rafael no se hará cargo del bebé, paso esto antes con otra chica y por suerte mis padres empezaron a mandar pensión pero le advirtieron que no se harían cargo si volvía a pasar lo mismo.

Eran palabras crueles, el argentino asintió pero en el fondo no creía en nada, Rafael solo estaba conmocionado, es todo.

— Esto es lo que yo te propongo, yo no soy el favorito ni soy cercano a tener el mismo cariño que mis padres con Rafael pero jamás me darían la espalda o eso creo, yo me haré cargo de tu bebé.

— ¿Qué? –dijo de inmediato sin entender lo que su amigo decía.

— Si yo me hago cargo del bebé y les prometo a mis padres que será "mio" te dejarán vivir en casa como mi pareja, en lo que consigo que el trabajo me pueda sustentar para una casa propia, no digo que seamos pareja pero el bebé merece tener una figura paterna Leo.

— ¿Por qué lo harías, para joder a Rafael o algo? Porque tengo que avisarte que no quiero ser usado por su rivalidad.

— Lo hago porque eres importante para mí Lionel, no hay otro significado más que ese.

No podía rechazar algo así, una parte de el le decía que podía funcionar para que Rafael volviera a el por celos y otra que si no funcionaba ya tenía a alguien que no lo dejaría en calle, ante todo el recuerdo de lo vivido su labio tembló, sintió que Guillermo como pudo se bajó y fue hacia la puerta de Lionel para abrirla y abrazarlo, darle la seguridad que tanto necesitaba el menor que sin dudar ahogo su llanto en la camisa de su amigo.

— Jamás pensé que papá me echaría de casa...

— No estarás solo en esto, ni tú ni el bebé.

— ¿Esto significa, eh? –la incomodidad en Leo se hizo presente y Guillermo negó avergonzado.

— ¡No, nada romántico! No me refería a eso, solo que te cuidare porque todos deberían cuidar a alguien en espera ¿Cierto?

Si se lo preguntaban Guillermo veía toda una vida al lado de Lionel cómo su pareja, su ilusión de poder cuidar a el bebé que reclamaría como suyo si se lo permitían, estaba seguro que Rafael no se haría cargo del bebé y era una pena porque quería que su hermano mejorará como persona pero está vez no se quedaría de brazos cruzados y de ninguna forma dejaría que Lionel pasará por el embarazo solo sin ayuda de alguien.

Apoyándose mutuamente con una simple presencia ambos pasaron nuevamente a la casa donde el argentino fue corrido, ahí estaba la señora Natalia y el señor Guillermo levantándose listos para pelear pero Memo lo puso detrás de él como señal de protección.

— ¿Podemos hablar de forma pacífica? –pregunto Memo a sus padres que al final aceptaron, Rafael estaba también ahí para reírse cuando volvieran a sacar a patadas a Lionel, sus padres y hermano se sentaron en un sillón y el con Lionel en uno de dos– Me haré cargo del bebé, yo seré su padre y así Rafael en su vida tendrá que siquiera pensar por el bien del bebé, recuerdo que ustedes dijeron que permitirían que cada uno podíamos traer a nuestras parejas a vivir aquí...

La casa era grande, sus padres estaban bien económicamente y la idea era dejar esta casa a sus hijos.

— ¿Entiendes que si haces esto no podrás tener una pareja o algún hijo propio? Por qué doy a suponer que Lionel y tú no serán pareja Francisco –hablo el señor Ochoa.

— Estoy bien con ello y no, no somos pareja pero a el bebé no le hará falta nada con dos padres...

— Esto es una estupidez –burlo Rafael a lo bajo.

— Está bien pero Lionel no tiene derecho de exigir algo a Rafael para el bebé, Guillermo tu te harás cargo de esos dos –exigió Natalia.

— Claro que sí madre, gracias a ambos –agradeció.

Y Lionel se sintió aliviado, no estaría en situación de calle y más que nada, solo con un bebé, tenía a Guillermo que lo apoyaría.

Para mal esto lo veía como algo temporal, esperaba que Rafael recapacitara y por fin pudieran ser una familia aunque se sentía culpable por Guillermo, ahora abandonaba tener pareja o un hijo propio por cuidar de el, estaría agradecido con el y juraba que no sería por mucho tiempo.

Rafael quedó molestó porque sus padres aceptarán pero estaba bien, le daría igual con que ese engendro jamás supiera que el era su verdadero padre.

Cuando anocheció sus padres fueron a acostarse, Rafael salió a alguna fiesta y Guillermo acabo de subir varias cosas de Lionel a su habitación.

— Creo que eso era todo Leo, te notas cansado, ven.

Lo llevo a su habitación, era amplia y tenía un olor que disfrutaba, todo al estilo de Guillermo.

— Si gustas con el tiempo podemos cambiar un par de cosas, pintarla de otro color, cualquier cosa.

— Está bien así Guille, por cierto, gracias por lo que estás haciendo por mi, lamento causar tanto quilombo...

— No digas eso, todo estará bien Leo, estás a salvo.

Este asintió aunque quedó confundido cuando vio a su amigo sacar una caja grande, parecía ser un colchón inflable, claro, no podía esperar a dormir en su cama, ya estaba haciendo mucho por el, se espero a que terminara de inflarlo aunque Memo le veía curioso.

— ¿Por qué no te acuestas ya?

— Porque vos lo seguís inflando y si me acuesto le sacaré el aire.

— ¿Uh? No, yo dormiré en el colchón inflable Leo –soltó una corta risa– ¿Cómo voy a dejar que duermas aquí? La cama es más cómoda, por favor duerme.

Lionel dio las gracias e hizo caso aunque el sueño no llego a el hasta las dos de la mañana, jamás creyó que estaría en esta situación, ahora entendía a Javier cuando lo molestaba.

"Sin globito no hay fiesta"

Sweet Dreams | MechoaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora