Capítulo 1

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Cinco meses antes del secuestro...

La primera vez que Yang Jungwon trabajó con el equipo de CSI de Las Vegas fue cuando decidió, a pesar de que iba en contra de las órdenes de su supervisor, llamarlos porque habían recibido la alerta de que William Carter estaba en Los Ángeles. Ellos estaban intentando atrapar al asesino en serie, pero el susodicho había conseguido huir de Las Vegas y llegar a Los Ángeles, por lo que Jungwon consideró que contar con su ayuda sería lo mejor. El omega aún recuerda el incómodo momento que vivió con Jake y Ni-ki cuando el mayor lo reconoció.

— ¿Jungwon? — le preguntó Jake sonriendo — Ahora he caído. Eres el hijo de Dongsoo.

Jake, un beta de cuarenta y un años peligris, y su padre Na Dongsoo, un alfa de cincuenta años, llevaban trabajando juntos desde que se habían mudado a Las Vegas y Dongsoo había obtenido un trabajo en los laboratorios, por lo que eventualmente se hicieron amigos y, cuando Jungwon nació, Jake lo visitó muchas veces hasta que él y su madre se mudaron a California.

— La última vez que te vi eras un crío — murmuró con melancolía, después de darse cuenta de lo rápido que había pasado el tiempo —. ¿No te apellidas Na? — preguntó, al recordar que el menor se hacía llamar Yang.

— Adopté el apellido de mi padrastro — dijo incómodo. No le gustaba hablar de ese tema.

Luego de eso se despidió de Jake y Ni-ki, quien también estaba allí y, antes de cruzar las puertas de entrada al edificio donde se encontraban trabajando, escuchó al alfa preguntar: — ¿Es el hijo de Dongsoo?

Eso había sido un par de meses atrás, mientras seguían con su investigación. El omega continuó enviando información privada a Jake y Ni-ki, aunque sabía de sobra que estaba desobedeciendo las órdenes de su supervisor. Después de una larga y complicada búsqueda, y gracias a la investigación de Jungwon, el equipo de los CSI consiguió encontrar a Carter. Sin embargo, el asesinato de este a manos de uno de los CSI conllevó al despido del omega, y a que Jake y Ni-ki fueran degradados de sus cargos.

Después de aquello, Yang decidió mudarse a Las Vegas para buscar trabajo en los laboratorios de allí, los cuales eran los mejores del país, y hacia los cuales se estaba dirigiendo en estos momentos.

Debe subir varias plantas en el ascensor antes de llegar a su destino y, una vez arriba, se encuentra con Jake y Ni-ki cerca de la recepción, pero ambos parecen estar discutiendo.

— Hola chicos — saluda con entusiasmo el menor, interrumpiendo la disputa que estaban teniendo.

El alfa se cruza de brazos y mira hacia otro lado, suspirando y mirando un par de cajas que se encuentran en un carro. No estaba conforme con que Jake le hubiera dado su despacho a Heeseung, el nuevo jefe. Y tampoco estaba contento con el hecho de que él y el beta hubieran sido degradados por culpa de la impulsividad de su antiguo compañero. El peligris había tenido que renunciar a su puesto como jefe, pero se lo había tomado mejor que Ni-ki, a quien lo obligaron a tomarse unas vacaciones para que se relajara, cosa que había funcionado hasta hacía un par de minutos, cuando había regresado al que ya no era su despacho.

— ¡Jungwon, me alegro de verte! — exclama cariñosamente Jake, antes de darle un cálido abrazo.

El omega sonríe avergonzado tras separarse, y mira al alfa, el cual parece molesto por alguna razón que el menor desconoce. Un teléfono se escucha en el lugar, y el beta informa que es el suyo, por lo que se marcha para contestar. Cuando este se va, Ni-ki le sonríe y le extiende la mano.

— Lo siento — se disculpa por la escena, y el castaño estrecha sus manos — Jungwon, ¿qué tal estás? ¿Qué tal va todo? — pregunta amablemente, haciendo al menor sonreír.

Fuera de combateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora