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Los pasos acelerados de un chico resuenan en el pasillo, Hajime corre a toda velocidad ya va tarde a la universidad y el tiempo es valioso.

-Mierda.-Se quedó dormido, solo se levanto por la llamada de su padre para preguntarle que tal se ha sentido viviendo solo, agradeció que él siempre quiera cuidarlo pero ahora ahí estan las consecuencias reflejadas, nunca se ha levantado por sí mismo en las mañanas siempre lo acompañaba las tiernas caricias de su padre o sus gritos, lleva una semana viviendo solo y es la misma semana que ha llegado corriendo a la universidad.-Si me voy por la calle del parque recortare el camino y llegare.-Miro la hora en su muñeca -5 minutos antes que el profesor.

El sabor a la victoria llegaría pronto a él. Su profesor no tiene tolerancia así que debe correr antes que lo alcance el tiempo. Su celular volvió a sonar, miro de reojo el identificador del celular su padre otra vez, rechazo la llamada y de repente choco con alguien cayendo al suelo. Abrió los ojos y encontró un chico rubio de ojos verdes que le miraba como si fuese insignificante.

—Fíjate por donde caminas estúpido. —Escupió un hombre de cabello negro saliendo delante del rubio.—Pídele perdón al jefe cuatro ojos.

Hajime tenía una expresión confundida por las palabras de aquel tipo, el rubio sólo se mantenia serio mirándolo fijamente.

—¿Perdón?— balbuceo sintiéndose intimidado por esa fría y penetrante mirada del rubio. Hajime se levantó sacudiendo su ropa volvió a revisar la hora y frunció el ceño.—Adiós.

Se encontró apunto de echarse a correr cuando un tirón un mochila lo volvió a tirar. Miro hacia arriba encontrando de nuevo la filosa mirada del rubio.

—¿Quién te dijo que te puedes ir, pendejo?—Su voz gélida hizo que Hajime pasara despacio su saliva, dio una rápida mirada a su alrededor no hay nadie que pueda auxiliarle.

—¿disculpa?—Hajime se levantó retando al rubio y a su acompañante.—No se quienes sean pero por su ropa puedo determinar que ustedes se la viven de vagos todo el día y yo no puedo quedarme a perder el tiempo con ustedes así que me voy.













—Kokonoi ¿que te paso? —Pregunto un compañero al verlo con el ojo morado y labio roto.

—Estoy bien.

Por hacerse el valiente, el rubio trono los dedos y el otro lo golpeo. Hajime se quejo en enfermería al ser curado.

—recuerdame no pasar por el parque.

—Dios, Koko te ves de la mierda, ponte esto.—Kisaki saco un parche para ponerlo en el ojo morado de Kokonoi. — Debiste tomar el departamento que esta cerca del mio, la zona donde vivo es más tranquila.

—Cuesta el doble de la renta de ahí, además solo fue una vez.—Replicó Kokonoi confiado, evitara cortar camino por el parque y todo saldrá bien, el incidente de hoy no es nada.

—Ten cuidado, no andes solo por la noche.

—Pfff nada de que preocuparse.—bufo mirándose al espejo.—Soy un beta que me puede pasar, no digas tonterías.

Hajime Kokonoi es un beta, ha escuchado relatos de omegas sometidos por alfas jamás betas asume que estará bien por su cuenta.

—Aún así, ve como te dejaron el ojo y el labio.

—Esos imbéciles.—Apretó los dientes conteniendo un gruñido.

—si los ves corre por tu vida, no pelees.

—No tengo porque esconderme ni huir de ellos.

Kokonoi suspiro saliendo de enfermería con Kisaki, no tiene porque esconderse no hizo nada malo solo encontrarse con tipos sin oficio que andan de vagos metiéndose en problemas.

Sus clases transcurrieron tranquilas solo le molestaban las miradas sobre el parche que lleva en el ojo, es incómodo y más de una vez escucho que decían "debe tener una pareja violenta" se burlo es imposible que él permita un trato de esa indole, se quedó en la biblioteca avanzando tareas hasta que se oscureció, guardo sus cosas y Kisaki le entrego un gas pimienta, es un omega así que es normal que cargue esas cosas.

Transitaba por la calle usando sus audífonos, de vez en cuando se le salía un tarareo hasta que llegó a una calle que usualmente está alumbrada pero ahora tiene muy poca luz, temeroso camino hasta que a unos 20 pasos de él un hombre en el suelo gritaba suplicando piedad, dos tipos lo pateaban mientras que otro contaba billetes, Fingió no haber visto la escena y se dio medio vuelta sobre sus talones, alejándose de la peligrosa situación.

Uno de ellos dejó de contar los billetes y camino a paso rápido tras aquel muchacho que hasta las piernas le temblaban, lo jalo de la mochila arrojándolo contra la pared.

—Pero si eres tú otra vez.—La mirada gélida del rubio, hizo que Kokonoi tragara despacio su saliva, noto esa mirada de presa y ladeo su sonrisa quitandole un audífono poniéndolo en su oído. —Call me, esa canción me gusta.

—Si a mi también.—Kokonoi respondió con miedo. El rubio alzo una ceja.—¿Puedo ayudarte en algo?

—Si.—asintió mirandolo de pies a cabeza.—No pases por esta calle alguien pueden hacerte daño, vete. —Dijo con burla acariciando su labio roto.

Asintió y siguió su camino, Hajime sintió un gran alivio que lo dejará ir. Llego a su departamento y se tiró en la cama, este día fue pesado desea fingir que no pasa y solo fue desliz en su camino, su celular sonó una llamada de su padre.

—mi rey ¿como te fue hoy?

—Bien papá. —Fingió alegría, no le diría que un loco lo golpeo nada más por chocar con alguien.—Todo esta en orden.

—Apenas puedo creer que te marcharas, dice tu madre que le envíes tu número de cuenta, no quiere hablar contigo ahora porque va a llorar.

Kokonoi solto una risa, su noche es mejor si escucha a sus padres que lo aman con locura y se negaban a dejarlo ir a vivir solo, su padre corria todas la mañanas a dejarlo en la universidad pero Hajime se sintio mal de que siempre lo llevara, viven a hora y treinta minutos de la escuela asi que decidio vivir solo buscado algo económico para no ser una carga.

—Te dejamos dormir bebé.—Su padre tan tierno.—Dice tu madre que te extraña ya está llorando.

—Dile que estoy bien, no hay nada de que preocuparse. Soy un beta.

—Eso no es garantía ¿sabes cuanto enfermo hay en la calle? Eres hermoso y te pueden lastimar.—Su madre Gruñó desde el otro lado.

—Mamá soy fuerte si algún  alfa intenta algo solo le partiré la cara. —Llevo su mano a su ojo morado.— los dejo dormir.

Termino la llamada y Hajime continuó haciendo ayrea hasta que se fue a dormir.

—Que tonteria ¿Quién ataca a un beta?

—Que tonteria ¿Quién ataca a un beta?

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Omegaverse tóxico

No me vayan a juzgar porque no he terminado los otros fics y ya publico uno nuevo.

Gracias por leer.

Arsénico [InuKoko]Where stories live. Discover now