capítulo 02

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Su mirada perdida reflejaba lo mal que le había caído la noticia, volvió a sentarse en la silla agachando la cabeza tratando de regular su respiración para poder articular palabra sin escucharse ridículamente fuera de si. 

-Katsuki, ¿estás bien?- en su rostro se reflejaba preocupación, Mina posó su mano sobre el hombro tembloroso del omega, al no tener reacción o respuesta la fémina pasó su otra mano por la mejilla del cenizo haciendo círculos con su pulgar -que ocurrió- preguntó sin una pizca de disimulo, la piel fría de su amigo sumado a los temblores la aterraba, miró fijamente al cenizo abrazándose a si mismo tratando de buscar un lugar seguro. 

-... quiero.... quiero irme a casa- apenas susurró articulando aquello entre tartamudeos sin atreverse a levantar su mirada. 

Ashido era inteligente por supuesto que no iba a discutir con su amigo y menos viendo el estado en el que se encontraba, asintió ayudando al omega a levantarse de su lugar, colocó ambas de sus manos a cada costado de los hombros de Katsuki, este siguió con la mirada perdida en el suelo negándose rotundamente en ver al alfa pelirrojo que seguían parado a lado de ellos tratando de algo similar de la reciente situación, impidiendo chocar con los presentes que bailaban y bebían en medio del salón quienes no se percataron de ellos, Mina caminó junto a Katsuki hasta fuera de la reunión en dirección al estacionamiento. 

La corriente fría al abrir el portón de madera los golpeó en la cara, un quejido salió de los labios del cenizo que lo hizo encongerse más entre sus propios brazos y los de su compañera, su cuerpo lo traicionó de la peor manera sintiéndose débil, desprotegido, frágil... pero ya pronto todo pasaría, regresaría a casa tomaría algunos medicamentos recetados por su médico, una ducha de agua tibia para luego tomar un té de yerbas mirando un programa cualquiera en el televisor con la chimenea a fuego bajo calentando su cuerpo. 

Sus piernas tembláron casi cayendo al suelo de no ser por su amiga quien lo sostuvo con firmeza, el peso en sus hombros, el aroma exquisito de coco y avena, su piel antes helada sintió la tibia prenda puesta sobre su cuerpo, escuchó a Ashido susurrar un -Gracias Ei- pero no le dio más importancia por qué todo lo que hace minutos sintió se desvaneció, remplázandolo por ansia y desespero de ser abrazado, mimado, por el dueño del abrigo quien depositó la prenda en sus hombros.

-te ayudaré a cargarlo- habló Kirishima quien estuvo a su lado en todo momento -ve por su auto- sus manos firmes tomaron el cuerpo del cenizo tanto con cuidado como con delicadeza... lo levantó entre sus brazos acunándolo en su pecho, este correspondió escondiendo su rostro en el espacio del cuello y hombro del alfa, su omega interno lo aceptaba gustoso y no era para menos el bebé que esperaba era de aquel alfa que parecía tallado por los mismos Ángeles.

Con agilidad, Mina tomó las llaves de la chaqueta del cenizo, buscó hasta dar con el Lamborghini negro, le quitó el seguro abriendo la puerta trasera de uno de los lados, Kirishima no perdió el tiempo y subió logrando que el omega se quedara sentado en sus piernas, rodeó sus brazos al rededor del cuerpo del cenizo abrazándolo no sin antes cubrir el cuerpo del cenizo con su mismo abrigo, bajó su mirada observando como este dormía, en su rostro se reflejaba tranquilidad, lo cual calmó un poco al alfa.

Con la guía del GPS Mina comenzó a conducir siguiendo las instrucciones dadas por la voz para poder dar con la casa de su amigo quien a su parecer dormía en el hombro del alfa, realmente no lograba verlo a detalle al estar este cubierto con el abrigo del alfa, lo único que podía reconocer eran los cabellos revoltosos asomarse, el trayecto fue largo mas ninguno de los presentes se atrevía a decir palabra alguna. 

 
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Luego de quizas cuarenta minutos Mina detuvo el auto frente la casa del omega -entra con Katsuki, iré a guardar el auto en el garaje- habló la fémina mirando por el retrovisor al alfa, este asintió abriendo la puerta acomodó al cenizo entre sus brazos y bajó con cuidado de no golpear al omega con alguna parte del auto, de igual manera buscó las llaves en las prendas que traía puesto el cenizo, abrió la puerta de la casa adentrándose a esta, dejaría de lado el hecho de estar sorprendido por todo lo que había logrado su amigo o compañero, en el Instituto no es como si hubieran sido los mejores amigos, apenas hablaron cuando Mina lo arrastró con Bakugo según ella para que no pasara sólo en los recesos..

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