ONE SHOTS; multifandom

3. Chico de la librería ━━ Louis Partridge

Louis Partridge X Reader

N A R R A ______

Nunca pensé en los chicos, al menos no en los reales.

La mayoría del tiempo pasaba mi tiempo dentro de un libro, imaginándome con un vestido de princesa independiente o de una guerrera, leyendo y releyendo una y otra vez. No podía contar las veces en que olvidé mis tareas por estar leyendo o haber perdido o más bien invertido mi dinero en libros, y justo ahora, lo iba a hacer de nuevo.

Me abrigué con suéter de lana, el que mi mejor amiga me había obligado a usar y pasé la calle, los autos eran pocos y clásicos, tranquilos mientras la lluvia caía sobre Inglaterra. El cielo estaba nublado, lo que causaba que los faroles iluminarán de una manera hermosa las calles y las vitrinas de ropa, antigüedades, relojes y demás cosas que se veían hermosas y elegantes.

Cuando logré llegar a la librería había luces navideñas encima del cristal de la vitrina que tenía escritas con palabras doradas y cuidadas el nombre de la librería, "Partridge Library". Me mordí el labio, esas palabras causaban demasiada emoción en mí, eran la entrada a un mundo que me encantaba frecuentar, magos, brujas, mundos irreales, todo lo que deseaba ahí dentro, y claro cosas que no esperaba, sorpresas que me encantaría descubrir.

Coloqué mi mano en la manija de la puerta de madera y la empujé escuchando el reconfortante tintineo de la campana justo encima de mí, bajé mi paraguas negro y lo sacudí afuera antes de dejarlo en su sitio designado. Suspiré como si el aire me hubiera faltada y comencé a caminar por los pasillos, no sin antes sonreírle amablemente al señor Partridge que estaba en una escalerilla colocando unos libros clásicos de tapa oscura y café. Amaba esos.

Pasé por la zona de terror, y por la zona de amor, para luego entrar en el pasillo antes de los de fantasía clásica, el pasillo de los eróticos. Encontrándome con un chico de espaldas, alto y con el cabello castaño claro apenas visible gracias a el gorro de color gris que traía puesto. El chico giró antes de que pudiera saludarle, dejándome sin una palabra.

– Hola– exclamó la voz gruesa del chico más guapo que había visto. Tenía puesto un saco negro casual encima de una sudadera blanca, junto a unos pantalones caqui de color crema. Unos lentes de cristal redondos con bordes negros se colocaban relajados sobre su nariz perfilada y sobre sus ojos cafés que me miraban con intensidad, no logré evitar que mis ojos se fueran a sus labios rosados y medianamente rellenos que entornaban una sonrisa tierna con un pequeño y casi imperceptible hoyuelo en una de sus mejillas. Sus manos estaban sosteniendo un libro con pinta de ser viejo y antigüo pero que seguramente era interesante tomando en cuenta la sección en que estaba.

–    Hola– dije tomando toda la seguridad que tenía, apretando mis labios levemente porque seguramente se me saldría la baba por lo lindo que era.

El chico desvió la mirada un segundo de mi hasta el libro y se sonrojó levemente, llevó el libro hasta el estante lentamente, dispuesto a dejarlo ahí. Me acerqué un paso sin saber porque, curiosa talvez, mirando sus manos, con algunas venas marcadas en ellas, levanté mi mano y tomé el libro antes de que alejara su mano, rozándola levemente, estaba ardiendo, tenía la piel caliente, lo que me sorprendió y me gustó, en Inglaterra hacía un frío invernal en las épocas navideñas, aunque apenas el mes estuviera empezando.