1

1K 77 14
                                    

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.


Narrador
1 de agosto, 2023

Con permiso de Demichelis, Pablo había faltado al entrenamiento del día anterior por una emergencia familiar. Por eso, cuando finalmente llegó al estadio Monumental, su amigo Esequiel Barco lo esperaba con una sonrisa radiante, ansioso por compartir las novedades.

— Te extrañé, wachin.— habló primero su amigo luego de saludarlo con un choque de manos y un abrazo.

— Bue pará, nos vimos hace dos días nomás.— Respondió Pablo entre risas.
Tras los saludos, se dirigieron juntos hacia el vestuario para cambiar su ropa y prepararse para el entrenamiento. Esequiel continuó hablándole sobre diferentes temas.

— No sabés, llegó el nuevo y creo que oficialmente perdiste tu lugar como el mejor cebador de mates.— contaba Barco mientras se terminaba de cambiar de ropa. — Igual..

— Esequiel, te llama Martín.— Interrumpió un ayudante del dt, para luego irse con el jugador atrás suyo, dejando a un Solari pensativo. ¿Tan bueno puede ser? Pablo se quedó unos minutos así. No sabe cuánto tiempo pasó hasta que alguien lo sacó de su burbuja.

— Permiso.— lo quedó mirando aún pensando en lo que le había contado su amigo. — Permiso. — repitió. — Necesito mi ropa.— aclaró el rubio con una leve sonrisa en su rostro. En ese momento Pablo cayó. Él era el nuevo. Quiso responderle y pedirle perdón por no contestar, pero sus palabras salieron antes de que pudiera pensar.

— Un pajarito me dijo que sos el mejor cebador de mates.— Dijo finalmente Pablo desconcertando un poco a su compañero Facundo, que aún mantenía una sonrisa en su rostro.

— Si, no sabés, igual, un "pajarito".— contestó repitiendo la palabra que había dicho el pelinegro. — me dijo que el encargado de cebar mates que había antes no era muy bueno.— respondió tratando de hablar en un tono más serio.

— Ah, mira vos.— comentó Pablo con una cara de no muy buenos amigos. — Un "pajarito" me llama así que me tengo que ir, un placer.— añadió para luego dirigirse a la cancha de entrenamiento.

El entrenamiento ocurrió con total normalidad, por la cabeza de Pablo aún rondaban las palabras de Facundo. ¿Sus compañeros habían hablado sobre él? ¿Menospreciaban sus mates? Eran unas de las tantas preguntas que tenía.

— ¿Todo bien?— Esequiel preguntó mientras ambos se encontraban descansando a un lado de la cancha. — ¿Pablo?— Barco, al darse cuenta que su amigo no respondió, volvió a hablar. — Uh, ¿pasó algo?— preguntó preocupado por su amigo. Pablo se quedó callado, ¿estaba siendo muy inmaduro? puede ser. Sabía que era una boludez estar ¿enojado? ni siquiera sabía que era lo que sentía, pero no le gustaba. No le gustaba saber que Facundo podía quitarle todo, desde el mate hasta sus amistades. ¿Por qué él es mejor? Decidió responder, no quería preocupar a Barco.

— Si, perdón es que.— Pensó bien en que iba a decir. Pero de nuevo, su boca lo traicionó y soltó las palabras sin pensar. — El boludito ese me tiene harto.— hizo una pausa para luego continuar hablando. — ah, y no sabía que mis mates no les gustaba, ¿me podrían haber dicho, no? quedé como un boludo— soltó por fin lo que venía guardando desde la mañana.
Se esperaba una disculpa de Esequiel, pero lo único que escuchó fue una risa por parte de su amigo. — ¿De que te ries? sé que es una boludez pero no sé si era tan gracioso.—

—¿Quién te dijo que no nos gustaban tus mates?.— Preguntó con curiosidad el más bajo que iba a volver a hablar pero su amigo lo interrumpió.

— El boludito ese, Facundo.— Luego de contarle todo lo que sucedió cuándo él se fué del vestuario, incluyendo como según Pablo Facundo se burló de él al decir "pajarito", Esequiel volvió a hablar.

— ¿Realmente creés que te vamos a dejar como el encargado de cebar mates si fuesen malos? Ni en pedo, Pablo. Facundo solo te estaba jodiendo.—

¿Así que solo estaba jodiendo? Mira vos, no sabía que era comediante.
Quedó como un pelotudo con su amigo por su culpa, además, ¿Por qué le mintió?

Después de esa breve conversación con Esequiel, Pablo optó por retirarse al comedor del club en busca de un momento de reflexión. Se sentó en un rincón, tratando de pasar desapercibido mientras su mente daba vueltas sobre la situación. No entendía por qué le afectaba tanto. Estaba tan inmerso en sus pensamientos que no se dio cuenta de la llegada de Enzo Pérez.

— Tan lindo y tan solo.— bromeó para luego sentarse a su lado.— ¿Y Barquito? ¿dónde está?.— preguntó mientras tomaba su mate. Pablo le iba a responder, pero al ver el mate, una curiosidad lo invadió.

—¿Quién preparó ese mate?.— consultó, dejando a un Enzo confuso que se quedó pensando varios segundos antes de responder.

— El nuevo, ¿Fabricio? ¿Federico?

—Facundo.— interrumpió Pablo.

—Sí, si, él, ¿por?— Pablo estaba listo para protestar, realmente ya estaba harto de toda esta situación, pero la curiosidad le ganó.

—¿me dejás probar?— preguntó.

Lo probó, probó el famoso mate de Facundo, y la verdad, era el mejor mate que había probado, pero no iba a decirlo.
Era un secreto que se quedaría guardado entre cada sorbo compartido, una dulce complicidad en medio de sus disputas cotidianas.
Con una mueca de disgusto le volvió a pasar el mate a Enzo, que lo miraba extrañado al ver la expresión en su cara.
— Mhm, no está tan bueno como dicen.— expresó con normalidad el menor.

Luego de esa conversación Enzo se fue, el entrenamiento se había acabado y como todos, Pablo se iba a ir a su hogar. Es por eso que salió del comedor para dirigirse al vestuario a buscar sus cosas, pero al llegar, vió a la última persona que quería ver en ese momento. Facundo. Decidió ignorarlo, no quería alterarse y ya venía teniendo un mal día, no había necesidad de empeorarlo, su plan era ignorarlo, salir e ir a su casa a pensar mejor las cosas. Lástima que su plan falló cuando escuchó su voz.

— Asi que no te gustan mis mates, mira vos.— rompió el tenso silencio que había en la habitación.

— ¿No te enseñaron a no escuchar conversaciones ajenas? — protestó Pablo ya cansado de la situación. Facundo puede ser muy molesto.
Al no escuchar una respuesta, luego de haber guardado sus cosas, decidió irse hacía el estacionamiento donde se encontraba su auto. Al llegar, guardó su bolso en la maleta para luego abrir la puerta del auto. Se estaba subiendo cuando escucha una vez más su voz.

—¡Espera!— Se dio la vuelta, sabiendo a quién se enfrentaría, pero quería poner fin a todo esto.

— Me podés dejar tranquilo, no quiero tus mates.— manifestó el pelinegro mientras que Facundo se dedicaba a observarlo.

Por alguna razón le causaba curiosidad Pablo. Todo sobre él le causaba curiosidad, pero no iba a admitirlo así que decidió ignorar ese pensamiento y hablar.

— Empezamos mal, así que quería empezar desde cero. Me llamo Facundo.— dijo el rubio tratando de sonar amable. Le estiró la mano esperando que Pablo lo haga devuelta.

Luego de un rato así, Facundo se dió por vencido al ver que Pablo no reaccionó y dejó su mano estirada, que vergonzoso, pensó. Cuando ya se iba, el pelinegro le dió la mano devuelta.

—Pablo.— respondió aún serio, pero al menos es algo. Y eso para Facundo significó más que algo. Con una sonrisa, satisfecho, se fue dejando a un Pablo confuso en el estacionamiento.




Es mi primera fic tengan paciencia 🙏🏻re que no lo va a leer nadie pero igual, si lo lees tqm

mates | pablo solari & facundo colidioWhere stories live. Discover now