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ɴ sʏ ᴊᴜᴀɴ!

Aquella noche Vegetta se dedicó a hacer un remedio con aquella flor que Roier había llevado, se la dieron a tomar a Spreen que dudaba ante el color y el olor, pero al final de todo la tomo, era necesario, su solución ante la invitación de la isla era pedir a la federación una estancia temporal.

De eso se encargaba Vegetta.

-Bueno...- Volvió a quedarse en silencio, había hecho algunas preguntas ante la ausencia del gran sabio, pero el híbrido se limitaba a responder cortamente y comenzaba a aburrirse, abrió el chat encontrándose con una invitación de Wilbur a conocer villa sacapuntas.

-Che Roier.-

-Dime

-¿Cómo sabes pelear tan bien?- Ladeó la cabeza ante la pregunta, por lo general solo lo adulaban, pero sabía que el chico también peleaba bien, pues nadie le había detenido un golpe.

Aprendió bien.

-No lo sé, es raro, pero hay muchas cosas que no recuerdo y ahora pelear es como un instinto, quizás por mi lado arácnido o supervivencia.

Encogió los hombros mirando su comunicador. ¿A que debía sobrevivir?

-Ya... Roier

-Dime

-¿Qué es la federación?

-Pues, son quienes dirigen el lugar, pero no quienes nos enviaron las invitaciones, es algo raro de lo que hablar, en realidad hay muchas cosas que no comprendemos en esta isla, es como si estuvieran preparados para que fuéramos encerrados desde el principio.-

-Entonces es el enemigo.- Roier asintió y tomo asiento a su lado, pues se cansaba de estar parado, sus ojos se posaron en la cara de Spreen recorriendo sus mejillas con atención en su nariz, era muy atractivo.

Y era bueno que tomará a la federación como el enemigo.

-Roier...

-Dime

-Andás muy cerca.-

-Oh, ¿Te pone nervioso?- Se burlo sorprendido cuando el chico volteo y le sonrió.

-Si.-

-Que sincero.- Se levanto del lugar estirando, nunca había permanecido tan quieto en un lugar. -Spreen, vayamos a explorar ya me cansé de estar encerrado.

-Pensé que no lo dirías, che todo esto me entumece, jamás había permanecido tanto tiempo quieto.-

Soltó una risita recogiendo algunas de sus cosas y acomodando su inventario. -Toma, esto te servirá

Le dejo una armadura de hierro y un pico de diamante junto a un poco de comida para por fin salir, le ayudaría a completar alguna dungeon después de minar un poco.

Ambos salieron de la torre comenzando a caminar, Spreen miraba el alrededor con mucha atención y así sabría que camino tomar si en el futuro se perdía.

-Hace demasiado tiempo que no salía de casa, desde el pueblo tortilla, después de que ocurriera una tragedia, la emoción del lugar cayó por completo y yo no pude hacer nada.

-Bueno Spreen.- Hablo mirando hacia el cielo intentando encontrar la forma de decir lo que pensaba. -Creo que a veces la mejor forma de superar algo es no hacerlo y solo sentirlo, suena algo tonto.- Soltó una suave risa algo apenado. -Pero para mí tiene mucho sentido y así tus emociones comprenden que tienen que dejar ir y dejar lo bonito contigo.

Y Spreen asintió, comprendiendo que él nunca se había permitido soltar algo, siempre fue muy aferrado.

Llegaron a una gran cueva, de inmediato Roier saco un par de antorchas para iluminar la entrada y llevar una en mano.

-Seguro que más tarde puedo ayudar en la construcción de tu casa, por el momento concentremos nuestra mente en reunir suficientes materiales y algunos pagos extra para Vegetta.-

El híbrido asintió mientras entraban, había pocos mobs en el lugar y se sentía extrañamente familiarizado.

–Entonces... Eres híbrido de oso? —Pregunto Roier antes de quedarse en un silencio interminable.

–No, de un tejón.—

–¿Enserio?

Y el negó.

–Claro que no capo, si soy de oso.

–A, pues está bien... Ta bien

Roier disparo un par de flechas a algunos creepers que se acercaban, no había muchas cosas que preguntar y era extraño.

Por qué Roier era un chismoso.

Y ahora no tenía nada en mente de lo que saber.

–Y vos... ¿Sos de araña?

Asintió señalando las pequeñas curvas bajo sus ojos, no solía abrirlos, eso porque la gente no dejaba de verlo y no dejaban de preguntar cosas sin sentido, así que se acostumbró a tenerlos cerrados.

–¿Tenes algo así como un sensor de peligro?

Y Roier asintió.

–Yo le llamo sentido arácnido, me advierte cuando hay algo peligroso cerca o yo estoy en peligro.—

–Re piola.— Le sonrió y comenzó a comer un salmón cocido.

–¿De dónde sacaste eso?

–De la mochila de Quackity.

¿Y eso como había pasado?

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Hablar con la federación no había sido muy fácil para él, el simple hecho de involucrar a alguien de fuera ya parecía un problema para ellos y eso quizás implicaba el resto de sus planes siendo interrumpidos, pero de alguna manera pudo persuadir para dejarle un tiempo y eso implicaba supervisión para saber si era útil para sus planes o si no representaba un peligro.

Y cierto ser familiar tenía el ojo sobre el de una manera extraña, como si en algún punto quisiera utilizarlo.

-Como si fuera un tonto más en sus planes.-

-Oh claro que no, eres la pieza clave para esto.-

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10/09

2/11: Feliz hawilin

Edición; 22/02/24 

No soy Juan! SpiderbearWhere stories live. Discover now