20. Where Is My Mind?

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Alex cayó al suelo sin importarle que su rostro se golpeara contra el cemento frío y rasposo. Por los costados de su cabeza y frente cayeron gotas de sudor y algunas dieron con sus labios. Saboreó la sal esperando que aquello la distrajera, pero no lo hizo en lo absoluto.

Tosió odiando la sensación de la piel de su espalda contrayéndose. Se sentía como una quemadura profunda, como si su piel hubiera sido removida de allí. Nunca había sentido algo parecido en su vida. Ni en sus peores sueños.

¿Estar infectado podría ser peor que eso? No estaba segura.

—Por favor... —murmuró ahogándose. En su cabeza se recriminó por ello, pero ya no tenía el control de nada. Sus uñas presionaron el cemento cuando Cloe golpeó la varilla una vez más contra ella. Un quejido ahogado salió de sus entrañas y se retorció.

Alex quería morirse más que nunca. ¿Por qué no había podido morirse antes? ¿Por qué había sido tan tonta?

Su pecho se infló con pesar y sus ojos comenzaron a cerrarse involuntariamente, estaba a punto de desmayarse. Cloe le sujetó el cabello bruscamente y le hizo levantar la cabeza.

—¿Ya quieres que pare? No te veo muy convencida.

—Quiero... —murmuró. Cloe la soltó y volvió a azotarla. El grito de Alex resonó en el pasillo del calabozo y las enfermeras que esperaban afuera por orden de Cloe permanecieron en silencio.

Rachel cerró los ojos y rezó.

—Eres tan terca. —dijo Cloe. —Si cedieras un poco más, las cosas serían más fáciles. Quiero decir... te dolería menos.

—Voy a ceder, lo prometo. —Alex se quebró. Diría cualquier cosa para que se detuviera.

—Y no sólo ceder, harás lo que yo diga.

Cloe presionó la varilla contra una de las heridas sangrantes de su espalda y la observó retorcerse en el suelo.

—Cloe... —murmuró Alex. —El bebé...

Cloe sonrió.

—Ahora te importa. —dijo antes de golpearla otra vez.

Alex pensó que tenía que desmayarse, era la única forma.

—Por favor... —susurró.

—Bien... —Cloe se irguió en su lugar y contempló la escena. —Eres un desastre Alex.

Alex tragó saliva y sintió sabor a sangre en su boca. La herida de su rostro, cuando Cloe le había golpeado la mejilla con la varilla, había alcanzado uno de sus ojos y apenas podía abrirlo por la hinchazón.

—¿Dónde... dónde está Joel? —preguntó reuniendo sus últimas fuerzas. Cloe se rió desde atrás y le sujetó el brazo para que se levantara, pero Alex no podía sostenerse. Sus pies no la acompañaron.

—Están muertos. —dijo Cloe. —Entiéndelo ya.

—No... —Alex sollozó e hizo una arcada por el dolor físico que estaba significando llorar en ese momento. Cloe la soltó y apoyó sus manos en el cemento para no caer.

—Con el tiempo lo entenderás Alex, me lo agradecerás.

Alex respiró agitada y una presión en el pecho le hizo caer nuevamente. Su corazón latió desaforado, no podía pensar, no podía ni siquiera odiarla, porque odiaba más estar allí en ese instante.

Las puertas se abrieron y Rachel entró junto a otras enfermeras. Todas permanecieron en silencio mientras la levantaban para recostarla boca abajo en una camilla. Alex se quejó y murmuró al sentir las manos frías sobre ella.

Me and The Devil [Joel/Pedro Pascal Fanfic] TERMINADOWhere stories live. Discover now