Capítulo 1. Simples sueños. Parte 1.

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Por años, la vida de Sora en Japón le hizo extrañar sus raices. Si bien era cierto que con los años aprendió a vivir solo y protegerse de todos. Necesitaba ir en busqueda de algo nuevo.

[Les presento a nuestro pequeño Sora, un joven de diecisiete años en nuestro mundo]

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[Les presento a nuestro pequeño Sora, un joven de diecisiete años en nuestro mundo].

(¿Qué era?
¿Quien sabrá?).

Aquella voz que siempre le perseguía motivaba su curiosidad por conocer al desconocido que con tanta insistencia lo buscaba en sueños para guiarlo a un lugar que su corazón decia era el mismo cielo.

Acostumbrado a esta sensación intento vivir por años con el miedo de ver directamente al cielo. Resignado a seguir con su vida; intento olvidar esos sueños, pero aquella idea de estar loco no fue descartada.
Su psicologo no era demasiado alentador con el tema.

Decia que era cosa de su mente intentando mantener a raya sus temores.

Aquel algo, nunca lo encontro en sus sueños.
—¿Locura?— dijo un día ya resignado, —¿nada de eso?— volvía a negar.

Simplemente imposible, no se consideraba un loco.  Sin embargo, soñar y sentir lo que  en sueños miraba no era algo tan normal que se consideraría cosas de gente cuerda.

Con cada día el enigma iba en aumento.

En sus sueños....

Un enorme castillo hecho de las mejores piedras de estrellas se elevaba entre las nubes, tan majestuoso que su resplandor cegaba a los reinos.

Poco a poco, cientos y cientos de soldados iban y venian en direcciones algo extrañas.
Cuando finalmente, el día terminaba, todas las filas que anteriormente habían ido a distintas direcciones regresaban.

Pronto, su sorpresa fue grande.
Aquellos soldados no eran simples soldados, o al menos no los que existian en esta Tierra.

Ellos estaban cubiertos por un aura destellante, en colores que no eran iguales y en cantidades que tampoco eran equivalentes.

La luz de uno era más grande, estaba al frente y dirigía con voz de mando a sus filas que fielmente lo acompañaban.

Por el brillo, en su interior sabía que este general que desprendía un fuerte y vivaz  color magenta de su cuerpo era el general principal de Asabia que se encontraba cerca de las temidas regiones celestes donde habitaban los nonhuman.

Seres aberrantes que liderados por el gran rey de las bestias conocido como sucks blood amenazaban a todos los reinos del basto cielo.

Aquel general, era Eolo. Destinado a gobernar el reino de Asabia. Siempre se batia en duelo con ellos.

Fue de esta forma que gano tanto renombre como para ser considerarlo el gran guerrero celeste. Con un titulo que siempre era mencionado y reconocido entre los siete reinos que el gran líder del cielo le otorgo por su gran participación en la guerra que aún no se terminaba.

Sora no quiere volver al cielo.Where stories live. Discover now