Capítulo 2. Simples sueños. Parte 2.

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“En ocasiones la luz del sol confunde a la mente y la oscuridad tambien se disfraza de blanco, no te confundas con ninguna. En ocasiones no todo lo que aparenta ser real  lo es”…

Caminar por las calles de Asabia no era malo. La ciudad ofrecía a sus visitantes una gran variedad de comida y servicios que solo en esta parte podías encontrar.

El trato con los forasteros era amable y el servicio espectacular. (Comida, bebidas, bailes, etc.), todo lo que buscaras seguramente lo terminaras  encontrando en su capital.

Por su parte, el trabajo principal de este reino es a base del moldeado de grandes escudos.

Aunque ellos tambien forjan cadenas de estrellas y las venden a bajo costo, saben que esto no es nada seguro pero se jactan de aprovechar solo los recursos que les ofrece el lugar sagrado; los escudos aunque costosos siguen siendo la clave de su mercado.

No obstante, que este preciado mineral se termine es el peligro que el rey Alonis teme pues con la guerra la demanda de este recurso tan valioso crecio y las dificultades para extraer el mineral aumentaron.
Porque el mineral de la "Luz" como es llamado; solo puede ser extraído cuando los colores del cielo se unen formando hermosas nubes danzantes de colores vistosos que solo cubren a un pequeño pueblito que solo se compone de mineros dedicados a la recolección de estas piedras.

Sora que era consiente de que su sueño apenas comenzaba reconoció de nuevo aquella gran ciudad.

No pudo ser capaz de apartar la mirada del gran palacio. Aquel imperio magenta no era su hogar. Lo sabia porque para pasar más allá de las grandes escaleras celestiales tenias que traer contigo el gran pase de cristal magenta que solo eran llevados por los soldados nativos de este reino, el cual aunque busco no lo encontró.

En eso, alcanza a escuchar una voz que le parece ser familiar.

Alza la mirada mientras  busca la dirección del sonido y luego cuando finalmente cree haber encontrado a esa persona que lo llama, la luz del sol vuelve de nuevo a invadir sus parpados obligando a sus ojos a repentinamente abrirse.

Sin más, había despertado.

Sora no quiere volver al cielo.Where stories live. Discover now