18.MEW

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Voces. ¿Por qué oigo voces?

A mi alrededor continúan los murmullos y los susurros, pero no consigo averiguar quién es ni de dónde viene.

Intento abrir los ojos, para saber quién habla, pero mis párpados se sienten pesados, como el plomo, se niegan a abrirse.

Lo intento de nuevo y... nada.

¿Por qué no puedo abrir los ojos?

Esta vez, las voces se vuelven un poco más fuertes, como si cada uno de mis sentidos estuviera compensando mi falta de visión.

—Mew , mijo, tómate tu tiempo. Estamos todos aquí esperando. No hay prisa.

La voz de mi madre es inconfundible, pero ¿de qué está hablando? ¿Quién está esperando? ¿Y a qué? ¿Y por qué me late la cabeza?

Concentrándome mucho, lo intento de nuevo, y todavía... nada.

—Está bien —dice ella—. Estarás bien.

Confundido por sus palabras, siento que mi respiración empieza a cambiar, el ritmo se acelera, mis respiraciones se acortan. Un fuerte pitido atraviesa mis oídos, haciendo que mis sienes palpiten con más fuerza. Intento respirar hondo, pero la sensación de succión sobre mi nariz y mi boca hace que mi corazón se acelere y el pánico se apodere de mí.

¿Estoy en un hospital?

Intento levantar la mano hacia mi cara y siento un terrible dolor punzante en el brazo.

En ese momento, mi determinación supera al dolor y me obligo a superar la pesadez y el dolor de cabeza y a abrir los ojos.

Pero parece que no soy rival. Una vez.

Dos veces.

Al tercer intento, siento una mano suave y delicada que aprieta la mía y un suave susurro en mi oído.

—Lo estás haciendo muy bien, cariño. —Es Elena. Está aquí—. Lo has conseguido.

Debe ser obvio para ellos que estoy luchando, sus palabras tratan de animarme y hacerme sentir seguro. Pero en este momento, lo único que hacen es asustarme.

Es obvio que algo está mal. Está claro que ha pasado algo, pero no puedo averiguar qué. Ahora mantengo los ojos cerrados a propósito, demasiado agotado como para volver a intentarlo.

Una voz desconocida penetra en mi confusión y el sonido de los pasos se acerca. Una mano fría se posa en mi brazo.

—Mew , cariño, me llamo Magda. Soy tu enfermera. Tuviste un accidente de auto y te golpeaste la cabeza. Tu madre te está sujetando la mano izquierda y quiero que le des un pequeño apretón si puedes oírme.

Sigo sus instrucciones exactas.

—Excelente —elogia—. Te voy a hacer unas cuantas preguntas más, tú aprieta la mano de tu madre si la respuesta es afirmativa.

Aprieto los dedos de mi madre y ella se ríe suavemente.

Vas muy bien, Mew .

—Ahora, Mew —comienza Magda—. ¿Te duele algo?

Pienso en mi brazo y en mi cabeza. Por instinto, mi boca se abre y la palabra sale bien.

—Sí.

¿Por qué no se me ocurrió hablar antes?

El sonido de mi voz es ronco, grueso y nuevo.

—Bueno, mira eso —dice la enfermera alegremente—. ¿Crees que puedes intentar abrir los ojos de nuevo?

DOLOR - (Adaptacion MewGulf)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora