Capítulo 39

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"Con el corazón en la mano"

Hemos traído a la señora Lockwood a su casa, ella está demasiado cansada por estar en el hospital. Y no es para menos, estar en estos lugares es demasiado agotador para cualquiera.

—Lamento tanto haber arruinado su viaje a Londres —dice la abuela —. Fui una molestia.

—No digas eso, abuela —le responde su nieto —. No arruinaste absolutamente nada.

—Pero tú tenías tú trabajo allá, por mi tuviste que cancelarlo.

—No hiciste nada malo, deja decirlo. Tú eres lo más importante que tengo, ya habrá más proyectos y mucho mejores que Londres.

—Pero el estar allá en Londres, era una oportunidad perfecta para ustedes dos. Necesitaban un poco de relajación después de todo lo que pasó con la prensa. Esté viaje les iba a servir demasiado.

—Ya habrá más viajes, abuela —camino hacia el clóset, lo abro y saco una manta color blanco —. Ahora lo más importante es que tú te sientas bien —me acerco a la cama en dónde se encuentra ella —Sé lo cansado que es estar en un hospital.

—Sé por que lo dices, cariño.

Uso la manta para cubrir los pies de la abuela.

—Cuándo tú padre enfermo, Lillian y tú estaban día y noche en el hospital.

—¿Lo recuerda?

—Claro que si, llegué a visitar a tú fallecido padre unas cuántas veces.

—Ahora que lo dice... lo recuerdo.

—¿Tú te quedabas con tú padre en el hospital? —Andrew voltea hacia mi.

—Lo llegué a hacer un par de veces, mi madre se tenía que hacer cargo de la empresa en lugar de mi padre —digo —. Era muy cansado, pero no me quejo. Era mi padre después de todo.

—Eres un buen niño, amado Blake —Aurora me sonríe —. Tú padre debe de estar muy orgulloso de ti en dónde quiera que se encuentre.

—Gracias abuela.

—Niños, es un poco tarde ya. A estas horas el tráfico es muy pesado. Deberían de quedarse está noche aquí.

—Abue, tú necesitas descansar —habla el oji-azul —. No queremos molestarte.

—No serán ninguna molestia, quédese aquí está noche. Necesitan descansar después de todo lo que ha pasado.

—Abuela, nosotros no...

—Blake, querido por favor háganlo.

—Pero...

—Hay que hacerle caso —me dice el actor —. Ella no dejará de insistir hasta que aceptemos. La conozco.

—Me alegro mucho que me conozcas bien, amado nieto —la abuela sonríe con orgullo —. Tú antigua habitación aún está cómo la dejaste. Pueden quedarse ahí, es cómoda.

¿Quedarme con él en la misma habitación?

Jamás, no puedo hacer eso.

Tú Eres Mi Destino Where stories live. Discover now