Estamos a 14 de septiembre. Son las 8:30 de la mañana cuando me despierto por el sonido de la alarma.
Me levanto de la cama, voy al baño, me doy una ducha, me lavo los dientes y me peino. Después voy hacia el armario y saco unos vaqueros cortos y una camiseta blanca básica.
Un par de minutos después suena mi móvil, es Rocío.
- Dime -le respondo-
- Bajate ya, estoy fuera -me dice y me cuelga-
Yo me pongo mis converse blancas cojo mi maleta pequeña rosa y salgo de la casa.
Me dirijo hacia el coche de Rocío y me monto en el asiento de copiloto.
- Mi primo José Manuel me a prestado su camiseta del Barcelona -le digo a Rocío mientras que pongo el cinturón-
- A mi me la a prestado mi Antonio -me dice la castaña para arrancar el coche-
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Varias horas después ya hemos llegado a Barcelona y estamos entrando a la casa de la familia de Rocío.
- ¿Porqué tenéis una casa en Barcelona? -le pregunto a la castaña mientras cojo mi maleta-
- Era de mi abuela -me explica ella y abre la puerta de la casa y las dos entramos.
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- ¿Sabe que has venido a Barcelona? -me pregunta Rocío que está metiendo una pizza en el horno-
- Que va -le respondo mientras enciendo la tele-
- ¿Y a que esperas? -dice tirándose junto a mi en el sofá-
- Pues al partido, se lo diré cuando lleguemos al campo supongo -le contesto-
- Ah claro, no lo había pensado -me dice-
- Pues eso
- Tu padre se entera de que estás en Barcelona para ver un partido del Barça contra el Betis y te mata -dice Rocío de repente y yo me río-
- Pues la verdad es que si, pero bueno -le digo riendo-
Justo después de eso el horno pito dándonos a entender que la pizza ya estaba hecha. La sacamos del horno, cenamos y después nos fuimos a dormir.
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