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No era un secreto que los vampiros iban en busca de humanos para alimentarse, pero durante aquellas "excursiones" Mikaela se dedicaba a visitar a Luna, una chica que conoció en busca de comida y de la cual terminó enamorándose.
Aunque solo tenían tres horas, Mikaela se encontraba abrazando a Luna con su cabeza en su estómago, mientras ella jugaba con los cabellos del vampiro. Este había tomado sus reservas y no tenía hambre, aún así a la joven siempre le preocupaba aquello, ya que era consciente que muchas veces su novio no se alimentaba como debería.
- Mika...- El chico seguía con los ojos cerrados solo respondió con un "mhm" a lo que la chica prosiguió- últimamente los ataques de vampiros son más frecuentes por la zona. ¿Sí tuviera que irme de aquí donde nos encontraríamos?
- Supongo que no estaría mal vernos en la granja donde nos conocimos...- Susurró Mikaela viendo a su novia, quién asintió y depósito un beso en la frente del rubio. Aunque él bebió un poco de su sangre, a diferencia de las otras veces algo le detuvo, no podia seguir. Quizás era porqué solo pensar en no poder oler nunca más aquella esencia no le parecía nada agradable, o la chica había llamado su atención desde que la vio, quizás fueron ambos factores; sin embargo, aquello había sido lo mejor que había podido hacer. Depósito un beso encima de la mordida, aquello tranquilizó a la joven y aunque Mikaela no esperaba que Luna se quedara ahí ella lo hizo. La chica tampoco sabía porque no huía de aquel chico, pero tampoco se arrepentía de jo haberlo hecho.
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- Luna...- Dijo Mikaela para encontrar a su novia, sin decir palabra alguna la joven apareció en la entrada de la granja, tras dedicarle una sonrisa a su novio le abrazó.
- Te he hecho de menos rubito.- Se quejó la joven, quién aún no había soltado al vampiro.
- Luna... He venido con un compañero, ha descubierto que no voy donde debería y está dispuesto a no contar nada con una condición, quiere conocerte.- Susurró Mikaela en el oído de la joven, la piel de Luna se erizó, ¿otro vampiro?
- No va a hacerte nada, estoy aquí y no permitiré que te pase nada malo.- Afirmó el joven mientras abrazaba a su novia, ella asintió y se separó del rubio.- Lacus... Ya puedes entrar. - Un joven de tez blanca, cabellos morados y sujetados en una coleta, entró en la granja.
¿- Así que tú eres la famosa Luna?- Preguntó con una gran sonrisa aquel vampiro, Luna no le entendía, ¿es que a caso le daba gracia aquello?- Es bonita, no te juzgo Mika, si yo sintiera algo por una chica tan bonita también me escaparía para ir con ella.- Luna abrió sus ojos como naranjas, de repente el vampiro le tiraba los tejos ¿que estaba pasando?
¿- Ahora que ya sabes quién soy, nos dejarías una rato a solas...?- Sugerió la joven, al no saber que más hacer, el chico asintió y les dejo a solas. Mikaela sin darse cuenta llevaba un buen rato sujetando a Luna por la cintura.- Mika, tu amigo es un idiota.- Susurró la joven, ganándose e una risotada por parte del mayor.
- Lo sé, pero en el fondo es un buen amigo.No pretendía ligar contigo, solo intentaba ser amable; el amor no le interesa desde que...
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