Capítulo 20: Reencuentro

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A la mañana siguiente reviso la casa, busco cualquier cosa que pueda comer, mi barriga ruge muy fuerte. Escucho un golpe y me acerco despacio, sólo cuando estoy a unos pasos escucho a alguien maldecir.

Noah: (Acercándose) ¿Hola?

Quienquiera que haya estado hablando se calla. Yo sigo acercándome y hablando, intento tener un diálogo con el responsable del ruido, pero parece que no me quiere responder.

Anciano: ¿Quién eres?

Por su voz diría que es un anciano, o lo está forzando. ¿Y si en verdad es un adulto que quiera matarme? ¡No! Esto no es Adbena, la guerra no está aquí, ya para de pensar en esas cosas, Noah.

Noah: Lamento irrumpir en su casa (Mi estómago vuelve a rugir)

Anciano: ¿Tienes hambre?

Veo a su dirección, un ojo sobre sale de la madera, está oculto detrás de una pared falsa. Es una cocina americana, recién me doy cuenta, lo que está al otro lado debe ser el comedor, detrás de la pared pequeña debe estar oculto el anciano.

Noah: Lo siento. No he comido nada desde la tarde de ayer.

Anciano: Mh (Vuelve a esconderse). No te acerques. Creo que tengo algo para ti, déjame buscar.

Luego de un rato, el anciano aparece por encima de la pared pequeña y coloca una cosa, parece una fruta, pero no sé lo que es.

Anciano: Tengo más de estas, puedes comerlo.

Noah: Eh... Claro.

Agarro la fruta y la como. Es muy dulce y tiene bastante jugo, cada mordida tengo que limpiarme la boca del jugo rojo.

Noah: ¿Puedo preguntar qué es?

Anciano: ¿No lo conoces? Mh. Se llama sandía.

Noah: Sandía. Gracias.

Anciano: No hay de qué. Oye, ¿Dónde están tus padres?

Noah: Muertos.

Anciano: Mh. Lo siento mucho. ¿Sabes?, Ya conocí a los de tu especie.

Me detengo ante esa respuesta. ¿En serio lo sabe? ¿Y qué sabe? Hago levitar un cuchillo para matarlo, no me gustaría...

Anciano: Muchos niños terminan sin padres, eres uno de los salvajes, ¿no?

Detengo el cuchillo, ¿A qué se refiere con "salvajes"?

Noah: Eh...

Anciano: No pasa nada. Yo también solía serlo. Esta civilización es muy cruel.

Siento el asco en esas palabras. No entiendo a lo que se refiere con eso, ¿Quiénes son los salvajes?, ¿Habla de Adbena? Lo dudo mucho, pero está interesante esta información.

Noah: Gracias por la comida.

Anciano: De nada, pequeño. ¿Cómo dices que te llamas?

Noah: Me llamo Noah.

Anciano: Noah. Bien, ahora tienes que irte, no me gusta estar compartiendo comida con extraños por mucho tiempo. Te deseo suerte en tu camino.

Noah: Pero... Mh. Está bien, me iré. Adiós, suerte para ti también. 

Me levanto y salgo de la casa, aún con mi sandía en la mano, que no quiero terminar. Me siento en un parque para terminar de degustar mi fruta. Veo niños jugando, adultos hablando, escolares que pasan con sus uniformes. Y yo aquí, sin nadie a mi lado, sin amigos ni familia.

RefugiadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora