Donghyuck solía caminar solo por los pasillos, aunque le gustaba la compañía de sus amigos, también le gustaba estar solo con sus propios pensamientos, se dirigía hacia el patio trasero donde le gustaba descansar para liberar cada cosa que lo estresaba.
Pero sus pasos se vieron interrumpidos al ver como alguien freno de golpe, era Renjun, su respiración se acelero al ver que Huang lo miraba descriptivamente con algo de preocupación en su lindo rostro, levantó su mano para saludarlo pero Renjun giró sobre sus talones y se fue rápido casi como si alguien le estuviera pisando los talones.
Dió un suspiro y siguió su camino, pero cuando estaba a punto de llegar se encontró con Jeno y decidió cambiar sus planes e ir al salón con el alto.
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El timbre sonó, cerró su cuaderno agotado por todo lo que el profesor de biología los había echo escribir, guardó todo en su mochila y salió del salón para ir con Jeno a buscar a Chenle al salón en el que estaba.
Haechan solo acompañaba a Jeno porque Renjun también estaba en el mismo salón, si no, no iría, porque vamos, Lee Donghyuck tiene cosas mejores que hacer que tocar el violín en una relación.
Pero cuando llegaron Renjun no estaba ahí, le pregunto a Chenle y este solo dijo que había salido de los primeros, y que se veía apurado, se encogió de hombros con una pequeña sonrisa.
Caminaban a la salida para ir a sus casas, cuando pisaron fuera del instituto, visualizo a Renjun, el cual estaba con Dejun conversando, caminó en dirección a ellos, así aprovechaba de despedirse de su amigo y hablar con Renjun, pero este al verlo, entró en pánico, tomó el brazo de su hermano y salió corriendo.
Lee paró en seco y metió sus manos a sus bolsillos mientras miraba el piso con tristeza, le caía mal a Renjun y estaba seguro de eso.
—Le caigo mal, lo sé —dijo apenas Jeno tocó su hombro.
—No, no le caes mal, simplemente no te conoce. —le consoló Chenle y Donghyuck frunció el ceño.
—Soy amigo de su hermano, obvio que me conoce, él... Él siempre escapa de mí.
—Debe ser por tu cara de culo —trato de animarlo Jeno, pero en vez de eso lo hizo enojar.
—¡Ven aquí maldito esparrago andante! —gritó Haechan mientras perseguía al castaño y Chenle solo gritaba para que dejara de perseguir a su novio.
—¡Hae! ¡Él quiso decir por tu cara de poker! —gritaba el chino.
