Capítulo I

5.9K 344 22
                                    

Dos meses antes

Hacienda Siete Robles.

–¡Te advertí que no te acercaras a mi hermano!-–Max oyó el grito de su hermano y vio a su amante mexicano bloqueando el puño que había lanzado hacia su cara.

Que horror había vuelto a meter la pata. Claro eso no era una sorpresa por que él era la oveja negra de la familia, pero de nuevo involucraba en el escándalo a el jugador de polo Sergio Pérez.
–Tranquilo, Lando–Le advirtió él, con su fuerte acento mexicano.

Afortunadamente se había vestido antes de que Lando entrase en el sauna, pensó Max.

Sergio tiro de él para apartarlo de su hermano que de alguna forma había averiguado que estaban juntos. Una sorpresa por que ni Sergio ni Max habían planeado encontrarse en la sauna de la Hacienda Siete Robles esa noche.

En la sauna desierta porque todos los invitados estaban en la cena benéfica organizada por Lando; la que él se había saltado con la intención de esta solo.

Lando dio un paso adelante, mirándolo de arriba a abajo.
–No pienso irme hasta que desaparezcas de la vida de mi hermano.
–¡Sergio, cuidado!–Grito Max cuando su hermano volvió a lanzar el puño hacia él.

Él levantó el brazo para bloquear el golpe, sin devolverlo.
Max no aprobaba el comportamiento de Lando, pero entendía que estuviera enfadado ya que su ruptura con Sergio el año anterior había sido amarga y pública.
Y era culpa suya.

Sergio empujó a Lando contra la pared con la velocidad y agilidad del deportista que era.
–Cálmate, Lando–Le advirtió con aparente tranquilidad, claro que el no perdería la calma, excepto en la cama claro–No queremos montar una escena especialmente, involucrando a tu hermano. Max cierra la puerta por favor.

Max obedeció demasiado angustiado como para decir nada.
La familia Verstappen era patrocinadora del campeonato de polo y no era apropiado que él saliera con uno de los jugadores. Había cometido ya muchos errores en su vida, pero ese error ya lo había cometido una vez.

Después de su ruptura el año anterior había jurado no volver a verlo. Y no lo había visto hasta esa noche. Uno de los peores días de su vida, cuando estaba más angustiado que nunca. Aunque no era precisamente conocido por su buen comportamiento incluso en el mejor de los días.

Su hermano miraba a Sergio con gesto decidido. Lando y él se parecían en eso al menos, aunque físicamente no tenían nada que ver ya que el era el único rubio de ojos azules en la familia. Y como le dolía pensar en eso, como le dolía saber que sus padres lo habían engañado...

Lando se aparto bruscamente, intentando colocarse la corbata del esmoquin.

–Aléjate de mi hermano, Pérez-–Le advirtio–O te juro que te mato.
Max se coloco entre los dos, intentando contener las lágrimas.
–No te pongas tan dramatico, Lando. No hay ninguna ley que nos prohíba vernos. Además tengo veinticinco años y es asunto mío con quien salgo o no.
–Hay muchas cosas que uno no debe de hacer Maxie–Replicó tomándolo del brazo–Y si tu no sabes cuidar de ti mismo, tendré que hacerlo yo.
–No pienso irme de aquí hasta que Max me jure que todo esta bien–Intervino Sergio–Suéltalo ahora mismo.

–¿Qué estás insinuando, que le haría daño a mi propio hermano? Eres tu quien le esta haciendo daño al regresar a su vida cuando sabes perfectamente que no vas a quedarte.
Su hermano tenía razón, pero le dolía que pensara que ningún hombre iba a quedarse con él. Y tenía que terminar con esa pelea de inmediato.

–Lan...
–Tú hermano y yo tenemos cosas que hablar, somos adultos, así que sugiero que te marches–Dijo Sergio señalando la puerta.
–Mi hermano tiene veinticinco años, pero nunca se ha portado como una persona adulta.
–¿Perdona?–Exclamó Max–Tú hermano esta aquí mismo, en caso de que no te hayas dado cuenta.

Embarazado del Playboy ❉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora