¡𝙸'𝚖 𝚗𝚘𝚝 𝚐𝚊𝚢! ⦂ 𝙈𝙞𝙣𝙨𝙪𝙣𝙜

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El sol comenzaba a ocultarse mientras la familia Han comía en armonía, hablando acerca de su mañana o simplemente escuchando a quien tuviera algo que decir.

—¿Saldrás hoy también cariño? — Jisung alejó la vista de su plato al escuchar la pregunta dirigida a su hermana.

Ryujin peinó hacia atrás sus rubios cabellos y asintió con una sonrisa. —Si mamá, no te quedes despierta esperándome por favor.

Okay, eso si había logrado sorprender a Jisung, Ryujin nunca salía de noche y mucho menos pensaba en llegar tarde, había algo de lo que el aún no estaba enterado.

—¿Desde cuándo sales tan tarde? — inquirió, su tono saliendo algo molesto, como un padre sobreprotector con su hija.

Ryujin rodó los ojos con gracia, comiendo un trozo de pastel antes de responder. —Es lo que hacen las personas que quieren tener una vida social Sung, no puedo quedarme encerrada en casa para siempre solo porque tienes miedo de que algo me ocurra estando fuera.

Su pequeña hermana tenía razón, debía empezar a darle más libertades y dejar de sobre protegerla, pero no podía evitarlo, era su única hermana y no quería que le ocurriera nada malo.

Aún así se obligó a asentir, dándole la razón a Ryujin. —Si, tienes razón, lo siento.

—Descuida Sung, sé que solo quieres protegerme, me voy ahora. — Ryujin se puso de pie, dándole un beso en la mejilla a su madre y un abrazo a Jisung.

Cuando la puerta principal fue cerrada, su madre le dedicó una sonrisa burlona que le hizo detener cualquier movimiento.

—¿Qué?

—Adivina quién llamó a casa hace unas horas. — la sonrisa en el rostro de su madre parecía hacerse más grande a medida que pronunciaba cada palabra.

—No lo sé, ¿la vecina que se peleó con su esposo de nuevo? — su vecina de enfrente peleaba cada dos semanas con su marido y Jisung estaba al tanto de todos sus problemas gracias a su madre, quien era la primera en recibir una llamada de la señora contándole todo con lujo de detalles.

—Error. Es alguien que me llamó únicamente con el propósito de obtener mi permiso para venir a verte. — la sangre de Jisung se heló, su corazón antes calmado, ahora latía fuertemente contra su pecho.

—No es cierto.

Su madre asintió con efusividad, aún sonriendo. —¡Claro que es cierto!

—Dime que no le dijiste
que sí. — Jisung observó a su madre esperanzado, lamentablemente sus esperanzas murieron completamente al escuchar el timbre de la puerta principal.

—Oh cariño, por supuesto que le dije que sí, tengo que admitir que es encantador. — murmuró la señora, poniéndose de pie para abrir la puerta.