La bestia bajo la luz de la luna

Capitulo 4

Alice estaba congelada en su lugar.

No por la mirada roja, había visto que, desde que tenía uso de razón, una parte de ella incluso lo encontraba reconfortante hasta cierto punto.

Lo que la tenía congelada en su lugar era lo que ejercía esa única mirada.

Miedo.

Un miedo tan insondable hizo que a Alice se le cerrara la garganta. Porque estaba aterrorizado. Jasper, esa no era una mirada que ella hubiera visto nunca en él ni una que quisiera volver a ver. La confusión tiñó sus rasgos. Frustración, odio, enojo, culpa, desesperación.

Se sentía casi como si estuviera gritando pidiendo ayuda con esa única mirada.

Un sollozo destrozó el corazón de Alice y sirvió para sacarla de su shock. Ella estuvo frente a él en menos de un segundo y en el momento en que la tuvo a su alcance se aferró a ella. El miedo y la desesperación en el aire se intensificaron bajo su toque.

-Oye, está bien, está bien, tú estás bien.- Se apresuró a calmarlo mientras lo rodeaba con sus brazos. Sus dedos le rascaron el cuero cabelludo mientras se concentraba intensamente en la comodidad y el amor que quería que él sintiera. Ese mismo extraño olor ácido de antes había regresado. Fue fuerte en el aire, más fuerte que antes.

Muy parecido al hedor de la sangre humana.

Fuerte, embriagador.

¿Había tenido algo que ver con lo que les pasó a esos ladrones? No, Jasper nunca mataría a 5 humanos y mucho menos tendría la necesidad de desmembrarlos. No fue él.

Y todavía.

-Jazz... ¿Qué pasó?

-... No lo sé. Juro que no lo sé. Me desperté y estaba cubierto de sangre humana y... No sé qué pasó. Juro que no lo sé. I-

-Esta bien. Te creo.- Alice se apresuró a cortar mientras su tono se hacía cada vez más frenético. Ella le creyó, por supuesto, no tendría necesidad de mentirle.

Pero entonces ¿qué pasó con la sangre? ¿Y con ese aroma? No tenía sentido. Algo estaba terriblemente mal pero ¿qué?

-¿Qué es lo último que recuerdas?- Preguntó suavemente.

Un momento de silencio y luego.

-... Yo estaba sufriendo. Era mucho peor que antes, no podía... ni siquiera podía ponerme de pie, se sentía como si fuera a explotar, hubo mucho fuego, tanta presión, no paraba y… Entonces me desperté cubierto de sangre.- Murmuró mientras se alejaba del abrazo. Su mano descansando sobre su abdomen.- Yo- Estaba sangrando.

Su voz sonaba insegura y mortificada por sus propias palabras.

-¿Sangrado?- se encontró repitiendo Alice.

-Alguien me disparó... No fue... No fue sangre humana. ¿Era negro?- Sonaba preocupado.

-Déjame ver.- Alice lo ayudó a subir y regresar a la orilla del río antes de arrodillarse frente a él.

Su atención se centró en su abdomen.

La vista que la encontró la dejó sin aliento.

Estaba sangrando.

No rojo, negro.

Pero definitivamente estaba sangrando. Ese hedor ácido.

Era su sangre. ¿ Cómo estaba sangrando?

-Jazz...

-No, no he sangrado antes. Ciertamente lo sabría.- dijo Jasper como una declaración de hecho ante la pregunta entrante de Alice, había confusión en sus emociones, desconcierto.